La antidieta
He adelgazado. Desde Junio hasta ahora he perdido unos 5 kilos sin hacer dieta, porque soy ANTIDIETA. ¿Qué he hecho? Mover el culo. Ya os dije que no hay mejor acompañamiento que mover el culo, y no me valen excusas, ya lo he dicho en ocasiones anteriores y siempre hay una alternativa si tienes dificultades por salud. Cuanto menos se mueva tu cuerpo, menos querrá moverse en el futuro.
No puedo evitar retomar el concepto de la antidieta después de unos días en los que veo cómo personas que me rodean usan constantemente este concepto como escudo a su negativa a cambiar su estilo de vida. Cuando me ven, lo primero que preguntan es si estoy haciendo dieta o régimen. No, no lo hago. Como lo que me apetece siendo consciente en todo momento de que lo hago.
Es importante el equilibrio, y el cuerpo te va avisando de lo que le viene bien o no.
La semana pasada fue un descontrol de comidas porque por temas laborales comí casi todos los días fuera y no tenía tiempo para prepararme las comidas para los días siguientes, además de que tuve compromisos que me llevaron a comer acompañada. En ningún momento dije que estaba a dieta, o que no podía comer tal y cual cosa ¿a quién le interesa? Yo sé qué tipo de alimentos me van a sentar mejor que otros y sé que puedo permitirme el placer de comer tranquilamente en una reunión.
La relación con la comida no puede ser obsesiva. Come cuando te apetezca, pero siempre siendo consciente de lo que comas. No es lo mismo comerse 3 pasteles que un bocata de queso y jamón, una pieza de fruta o frutos secos con pavo. ¿Qué quieres conseguir comiendo una cosa u otra? ¿Tienes antojo? ¿Tienes hambre?
Piensa que la comida es la gasolina para tu cuerpo, es la que cumple la función de hacer que todo siga en marcha. De ti depende la calidad de esa gasolina y el rodaje que le hagas a tu coche. De nada te sirve esforzarte por darle la mejor gasolina si luego dejas el coche en el garaje toda la vida, porque tienes el coche para disfrutarlo y hacer uso de él.
La relación con tu cuerpo debe de ser sana. Piensa en él como tu templo, tu casa, tu coche... Usa la metáfora que mejor se adapte a ti. Necesitas cuidarlo y darle mimos a diario. No te maltrates, porque el paso del tiempo hace mella en todo. ¿Cómo quieres vivir dentro de 20 años?