Sinopsis:
Lady Aline Marsden estaba predestinada a contraer un matrimonio ventajoso con un miembro de su misma clase. Pero no pudo evitar entregarse a John McKenna, un criado de su padre. Como consecuencia de tan apasionada transgresión, John fue despedido de su trabajo y Aline enviada a vivir al campo, lejos de los ojos inquisidores de la alta sociedad londinense. Ahora, McKenna ha hecho fortuna y ha regresado, más atractivo y seductor que nunca. Y decidido a hacer sufrir a la mujer que destruyó sus ilusiones. Pero la magia que los uniera en el pasado volverá a arder con más fuerza que nunca, y John tendrá que decidir si llevar adelante sus planes de venganza... o arriesgarlo todo por su primer y único amor.
Opinión personal:
A veces tengo la sensación de que las grandes tramas de la novela romántica han sido creadas por autoras clásicas que no escribieron romántica. Curioso, ¿verdad?
En esta novela se juntan varios de los argumentos más patentes dentro de la histórica: la desigualdad social —un recurso especialmente patente en Kleypas, por supuesto, con previo enriquecimiento—, "el no soy suficiente", las historias de reencuentro, de venganza y, me provoca una evocación directa a Cumbres borrascosas de Emily Brontë —es algo que no puedo explicar, me viene directa la imagen e, incluso, hay un par de frases que dice Aline que se parecen mucho a otras dichas por Cathy.
Lisa Kleypas es una de mis autoras favoritas. Creo que es una de las pocas de la que lo he leído todo, traducido o en inglés. Tenía muchísimas ganas de volver a leer «La antigua magia», apenas recordaba vagamente la historia —que ya es mucho en mí— y esa declaración final —eso sí que ya es rarísimo— y tenía muy buenos recuerdos sobre ella.
Es una novela que ha pasado bien el paso del tiempo, pero ahora no la he disfrutado tanto como la primera vez; quizás, porque, como lectoras, también vamos cambiando.
Lisa Kleypas tiene un don para crear protagonistas masculinos y ha hecho un arte de convertir los plebeyos en estupendas parejas de sus damiselas. McKenna, como personaje me ha gustado mucho, pero como protagonista, no ha estado a la altura de otros.
Un niño encantador, feliz y maravilloso que se vuelve un hombre oscuro cuando es apartado de la persona de la que está profundamente enamorado. No voy a entrar mucho en materia del cómo ni el porqué, pero el cambio que sufre el personaje es algo que considero muy logrado. Ese niño jovial y alegre vuelve de Norteamérica—doce años después— hosco, serio, taciturno y con un toque cínico y cruel que es complicado perdonar. Una vez que alcanza el sueño americano vuelve en busca de venganza.
Aline también ha visto su jovialidad marchitada por la separación. Cumple con las obligaciones de una anfitriona, con seriedad y representa su papel como una estupenda actriz, pero ha dejado atrás su alegría, su amor por la libertad y sus sueños.
Entiendo que hay que leer la novela en referencia a su año de publicación, aunque no hace tanto, muy posiblemente en su momento fue una gran novedad. Ahora ya mucho se ha escrito sobre este tipo de argumento, pero en su momento no eran tantas las protagonizadas por hombres sin título.
La primera parte de la historia me ha parecido muy bonita, esa relación tan especial que tienen, con momentos tan tiernos, tan llenos de camaradería y algunas frases estupendas.
El problema de estas historias de venganzas es que la línea entre lo perdonable y la crueldad gratuita es muy fina. Cierto que suelen ser historias llenas de pasiones incontroladas, ya que junto a esa ansia de venganza el personaje suele luchar internamente con un amor tan grande del que ni tan siquiera él es consciente —sin olvidar que estamos ante una novela romántica—; pero su conducta puede llegar a ser reprochable.
La historia es predecible, sin tan siquiera tener que matizar que las motivaciones por parte de Aline dejan mucho que desear y la convierten, en mi opinión, en un personaje más superficial del que es; pero —y aquí viene mi gran «pero»— Lisa Kleypas tiene la mala tentación de añadir una historia secundaria que, no es que resulte mucho más bonita que la principal; es que resta tanto espacio y tanta atención al lector, que me parece un error grande de estructura. Los problemas entre Aline y Mackenna se suceden de forma demasiado abrupta, sin apenas comunicación entre ellos, algo que me parece especialmente importante en este tipo de tramas. Siendo el final, aunque precioso, con esa declaración inolvidable, poco desarrollado.
Las escenas de seducción tienen un peso importante. Puedo entender las que viven los protagonistas, porque siempre es un tema de venganza recurrente y, más aún, en una novela histórica; no siendo así, las otras. ¿Son necesarias? Para mí, no. No aportan nada a la historia y restan páginas para desarrollar una venganza y una reconciliación compleja en una novela que no es especialmente extensa.
Quizás en otra escritora esto no me parecería importante, pero «La antigua magia» no es de sus comienzos, ya llevaba muchos años publicando y, al igual que sus primeros títulos de «los Ravenel», creo que tienen la maestría suficiente para hacerlo mucho mejor.
No obstante, junto a esos secundarios tan especiales, un tercero cobra una importancia relevante: Marcus —protagonista de «Sucedió en otoño». Uno de mis protagonistas preferidos de Lisa Kleypas —y de ella también—, quizás no tenga nada de especial, pero tiene alguna que otra frase magistral.
Por la red, corren varias páginas donde consultar la relacióny aparición de algunos de sus personajes en todas sus novelas, aquí también se hace mención al hotel Rutledge , cuyo dueño, Harry—otro de mis favoritos— protagonizará el tercero de la serie «Hathaways».
En resumen, es un Kleypas y eso se nota. La novela fluye con un ritmo constante y ágil, con diálogos directos y una buena ambientación, se nota el buen hacer de la autora —dejando de lado que me han sobrado escenas de sexo. Una novela floja de Lisa Kleypas puede ser mejor que una buena de otra autora. Supongo que tenía tan buen recuerdo de ella que me he chafado un poco. En general, es una historia muy correcta con personajes bien creados y con carácter propio, pero no es un libro que haya cerrado con un suspiro, de esos que te dejan con una sonrisa en la boca porque es una historia preciosa.
Entiendo que se le quedó la espinilla clavada con Gideon y, luego, creó a West.
Ahora, he de hacer un hueco para leer la historia de Marcus, mi favorito de «las Wallflowers»
Datos de interés: Ficha de la novela - Ficha de la autora - Web de la autora
Pepa