La apicultura según samuel beckett

Conocemos un Samuel Becket, dramaturgo y novelista irlandés. A un hombre que se aventuró a una tésis en la que practicó la crítica a Marcel Proust. Huyó de la Gestapo y que fue amigo de James Joyce. Su ruptura con las técnicas tradicionales de escritura le imprimen la etiqueta de “anti-teatro”, a sus obras de dramaturgia, por ejemplo. Y sus novelas revelan personajes esquemáticos y diálogos apenas esbozados.

Sin embargo, en La Apicultura según Samuel Beckett de Martin Page (Edhasa), surge un Beckett inesperado. Verosímil y excéntrico, lúcido y genial, alguien que está más allá del optimismo y el pesimismo, que acepta su lugar en el mundo y que es un guardián inflexible de su mundo privado, al margen del malentendido que rodea su existencia y sus textos.

¿Y a qué se debe esta metamorfosis en la personalidad del escritor? Quizás la llegada del un estudiante de antropología, recién llegado a Francia, influye en la verborragia que nos atrapa a leer esta aventura inesperada. El joven protagonista una recibe quizás la oferta de trabajo más extraña de su vida: ayudar a Samuel Beckett a archivar todos sus manuscritos. Y lo que debía llevarle diez días, logra hacerlo en dos. Como el autor le paga por adelantado decide encargarle otras ocupaciones. Pero nada de esto tiene sentido. Sólo para el lector, al que le empieza a urgir saber por qué el autor irlandés le encomienda, entre otras cosas, la creación de archivos falsos para desconcertar a los investigadores que se ocuparán de su obra

Al margen del malentendido que rodea su existencia, la vida del estudiante ya no será la misma tras haberlo conocido. Page ríe junto a Beckett de sus decorados desnudos, de la apoteosis de la soledad y la insignificancia humana, pero con la excepción de que se produce un encuentro único con Beckett, que no olvidaremos jamás. Como a los grandes amores.

María Molina (Revista Elle)

• La apicultura según Samuel Beckett
• Martin Page
• Edhasa
• Año 2015
• 128 páginas
• ISBN 0780876283496