La apnea del sueño es uno de los problemas de respiración que pueden tener lugar al momento del descanso (tanto cuando se trata de una siesta diurna como al ir a dormir por las noches). Las personas que sufren de apnea del sueño tienen por síntoma una o más pausas en la respiración, o solo consiguen respirar de forma superficial mientras duermen. La duración promedio de las pausas que se producen en un cuadro de apnea del sueño puede ir de unos pocos segundos hasta varios minutos seguidos. La frecuencia con la que se produzcan estas pausas será el indicador para medir el nivel de gravedad de la afección.
Este problema de la respiración es de tipo crónico y se presenta especialmente en personas que tienen sobrepeso. El sueño de las personas que sufren de este trastorno suele ser de muy mala calidad, por lo que se puede apreciar una acumulación de cansancio en estas personas a lo largo del día. Si bien la apnea del sueño es un trastorno bastante común en la población lo cierto es que la mayoría de las personas no son diagnosticadas porque no pueden controlarse a sí mismas en el sueño (dependen de la indicación de otras personas).
Existen distintos tipos de apnea del sueño. La más común es la apnea obstructiva. En este cuadro se produce el estrechamiento (o en algunos casos el bloqueo) de las vías respiratorias de la persona. Es importante tratar todos los casos de apnea del sueño. De no administrarse un tratamiento adecuado existen riesgos de desarrollar hipertensión, insuficiencia cardíaca, arritmias, y la persona puede ser más propensa a sufrir accidentes de trabajo o mientras conduce un automóvil. También hay riesgos relativamente altos de sufrir un accidente cerebrovascular (lo que se conoce comúnmente como derrame cerebral) y que se desencadene una diabetes en estado de latencia.