Las telarañas tienen muchos usos. El principal es el de capturar a insectos y otros pequeños invertebrados. La araña de agua ( Argyroneta aquatica) usa su seda para construir una cámara de aire. Otras, como los ctenízidos, la usan junto con la tierra y la vegetación como camuflaje de sus trampas, así como para sujetar la escotilla de esta. Los ulobóridos, carentes del veneno que les permita dar el golpe de gracia a una víctima inmobilizada, estrujan a su presa con su seda.
El futuro almuerzo puede ver como pasa en torno a una hora mientras la cazadora continúa envolviéndolo en seda. El araña dedica su energía en producir más y más tela, de 80 a 140 metros según la especie, que desecha una vez que se ha comido su presa. Es un detalle destacable, puesto que otras arañas se comen su propia tela para recuperar energía, mientras que esta le dedica mucho más que las demás y no la consume.
Los ulobóridos pueden capturar presas mayores que ellas, pero la comprimen con tal fuerza que quedan compactadas. Las extremidades se doblan y rompen, los ojos se estrujan hacia adentro, y, ya sea al bloquear las vías aéreas o impedir los movimientos que algunas especies usan para respirar, sus víctimas mueren asfixiadas. Ya prensadas, regurgitan sus jugos digestivos sobre la seda y sorbe sus fluidos.
Con sus envolturas ejercen una presión enorme para su tamaño, incluso más de las necesarias para matar a las presas. Se cree que, debido a no poder derramar sus jugos digestivos en la picadura, ya que no poseen veneno para que esta sea útil, prensan su alimento hasta un tamaño adecuado para que pueda verter sus jugos más efectivamente.
Fuente: Not exactly rocket science
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