Uno de los monumentos más destacados de Verona es su Arena romana. A pesar de no ser tan impresionante como el Coliseo de Roma, este anfiteatro es uno de los mejor conservados de toda Europa, tanto que aún hoy en día se celebran espectáculos en él.
La fecha de construcción de la Arena no está clara, debido a la ausencia de fuentes escritas sobre la inauguración del anfiteatro. En base a las comparaciones con otros anfiteatros similares, se suele situar entre los siglos I y III dC. De sus dimensiones y arquitectura se puede deducir que en el periodo de su construcción Verona era una ciudad rica y próspera, con una población considerable.
El diseño recuerda a menor escala el Coliseo romano, con varios niveles de arcos superpuestos, pero este anfiteatro una característica interesante: en algunas partes presenta un “ala” o segundo muro exterior, que podría haber sido la auténtica fachada, hoy destruida casi en su totalidad. Aparte de esto, el edificio se conserva mayormente en buen estado, siendo posible recorrer los pasillos, las gradas y bajar a la arena.
Es este buen estado de conservación lo que permite que hoy en día se sigan celebrando espectáculos en la Arena, aunque menos brutales que aquellos de los romanos. Se usa principalmente como escenario de conciertos, entre los que destaca el ciclo de ópera que tiene lugar cada verano entre mediados de junio y principios de septiembre, uno de los eventos más famosos de Verona. La Arena tiene capacidad para 15.000 espectadores, pero conviene comprar las entradas con antelación puesto que es un muy popular.