Comenzamos una serie de artículos dedicados a la 'Grande y Felicísima Armada' (1588), apodada "Invencible" por Lord Burghley a modo de burla inglesa propagandística.
"Se dice de nosotros... pobres desgraciados... que albergamos malos sentimientos hacia su persona real... y que por la vil acción... de cualquier persona indecente, debemos ser todos condenados como portadores de un ánimo traidor...
Nos han motejado con el odioso apodo de "sanguijuelas" y se ha publicado que V. M. debe temer tantas muertes como papistas haya en el país".
-Súplica a la reina de sus leales súbditos católicos. Marzo de 1585.
Para William Cecil, ministro principal de Isabel I (1533-1603), la presencia de María Estuardo (1542-1587) en tierra inglesa representaba una grave amenaza para el trono de su señora y su propia supervivencia personal y política.
A su modo de ver, la lealtad católica de María ponía en peligro la reciente fe protestante de Inglaterra, que se había forjado en los crueles fuegos de la guerra. No es de extrañar, por tanto, que a las pocas horas de haber desembarcado en Workington (1568), la reina escocesa se hallara "cómodamente" alojada en una torre del Castillo de Carlisle bajo una permanente y estrecha vigilancia.
Incluso en sus peores pesadillas, María no se habría imaginado que pasaría dieciocho años secuestrada del mundo exterior como huéspeda indeseada de Isabel. Lejos de obtener la libertad, fue ejecutada en Fotheringhay el 7 de febrero 1587, acusada de alta traición.
Fuente:
- "'La Armada Invencible' -Robert Hutchinson".