Crucero "Libertad", antes "Príncipe Alfonso"
En la noche del 14 de abril de 1931 Alfonso XIII abandona Madrid. Se traslada en coche a Cartagena, allí le espera el crucero "Príncipe Alfonso" para llevarlo hasta Marsella desde donde partirá hacia París. El crucero zarpa a las 04.15 horas. Acompaña al rey destronado su primo el Infante Alfonso de Orleans; el último ministro de Marina de la monarquía, almirante Rivera con su ayudante; el Duque de Miranda y el ayuda de cámara.Al mando del buque está el capitán de navío Manuel Fernandez Piña, Jefe del Estado Mayor de la Escuadra en 1932. El siguiente 7 de abril, hallándose José Giral al frente del Ministerio de Marina, fue promovido al empleo de Contralmirante. Desde mayo de 1934 y hasta el mismo mes de 1936, desempeñó la Jefatura de la flotilla de destructores. Pasó a la reserva el 26 de enero de 1937, tras más de cuarenta y cinco años de servicio en la Armada; situación en la que se halló al fallecer en San Fernando a primeros de diciembre de 1949.
La bandera que enarbola el crucero es la bicolor con el escudo monárquico (hay quien dice que partió sin pabellón). Durante la travesía Alfonso de Borbón redacta una proclama para la Marina, el comandante Fernandez Piña prohíbe a Alfonso de Borbón su lectura ante la tripulación. En Marsella, una vez ha desembarcado el incomodo pasajero y nada más abandonar las aguas territoriales francesas camino de puerto español, se iza la bandera republicana.
El "traslado" se hace a espaldas de las nuevas autoridades. Miguel Maura, ministro de la Gobernación, se entera a través de una llamada anónima una vez que el buque ha zarpado, Maura creía que el ex monarca se encontraba junto con su familia en el Palacio de Oriente, tal y como le había sido comunicado por un miembro de la Casa Real. Durante el viaje, el ya ciudadano Alfonso de Borbón fue alojado en el camarote del Almirante y tratado con las mismas consideraciones que si estuviera reinando. Todo estuvo organizado desde la mañana del día 14 por el Ministerio de Marina, al Comandante General de la Escuadra se le ordenó tener el buque listo para realizar una comisión de la que no se le dieron datos. (2)
El rey destronado y fugitivo llega a Marsella, el primer suelo francés que pisa como ciudadano raso es el cantil de un muelle extranjero, no es recibido por nadie, en taxi se traslada al Hotel Noailles, en la Canebière.
La Armada es ya republicana pero no lo es, ni por asomo, la inmensa mayoría de los integrantes del Cuerpo General.
La vocación monárquica entre los jefes y oficiales de la Armada era muy numerosa, para ellos significa mantener su status de privilegiados. Azaña, siendo presidente del Gobierno provisional y el ministro de Marina Casares Quiroga, no pierden el tiempo para comenzar a borrar el espíritu monárquico de la Armada. Solo tres días después de la proclamación de la República, el Ministerio de Marina decreta el cambio de los nombres monárquicos de las principales unidades navales. El buque, "Príncipe Alfonso", el mismo que había trasladado a Alfonso de Borbón a Marsella, pasa a llamarse "Libertad".
España es ya republicana y la Armada no puede ser ajena a esa realidad. Urge una nueva organización de la Marina. El 10 de julio de 1931 se emite un decreto en el que, entre otras cuestiones, se declaran Cuerpos de la Armada el General, y los de Máquinas, Sanidad, Intendencia y Jurídico. (1) A renglón seguido se procede a la conversión de los cuerpos subalternos de contramaestres, radiotelegrafistas, condestables, torpedistas, electricistas, practicantes y escribientes, los cuales pasan a formar los cuerpos Auxiliares (Navales, Radiotelegrafistas, Artillería, Torpedos, Electricidad, Sanidad, Oficinas y Archivos). En el seno de estos cuerpos se equiparan en parte las categorías con las del cuerpo General, así la de jefe se equipara a la de capitán de corbeta, oficial 1º a teniente de navío, oficial 2º a alférez de navío y oficial 3º a alférez de fragata.
El elitismo ancestral del Cuerpo General comienza a resquebrajarse al mismo tiempo que las reivindicaciones del resto de la Armada son en parte atendidas. Según varios autores se cometió un gran error al mantener en la Armada a elementos claramente anti-republicanos. Dichos marinos hostiles a la República deberían haber sido apartados de sus puestos aún a costa de tener que reducir momentáneamente el tamaño de la Armada. De poco sirvió en el Cuerpo General el juramento de lealtad a la República, a aquellos que no quisieron jurar se les concedió el retiro con todas sus ventajas, la gran mayoría de la Armada juró. Un error que se manifestó con toda su crudeza en 1936 cuando la mayor parte de los integrantes del Cuerpo General se sumaron a la sublevación, cosa que no ocurrió entre los Cuerpos Auxiliares creados por la República en 1931, muy al contrario, ellos junto con la marinería evitaron que la Armada quedara en manos franquistas.
Muchos eran los problemas en la Armada y Casares Quiroga realizó una gran labor aunque inacabada y sujeta al error antes comentado al no depurar en la Armada a los anti-republicanos declarados. A Casares le sucede en el cargo José Giral Pereira y los problemas se agudizan. La monarquía dejó establecidos varios convenios para la construcción de nuevos buques con la Italia fascista de Mussolini, entonces amparada por Victor Manuel III de Saboya, y Giral decide acabar con esos planes. En el primer presupuesto de la República no se incluye partida presupuestaria alguna para la construcción de nuevos buques, eso si, se mantiene lo ya establecido a los proyectos en ejecución, concretamente lo relativo a los cruceros "Canarias" y Baleares", cruceros que finalmente fueron puestos en servicio por los sublevados franquistas e incluidos en su mermada flota, cruceros que gracias a sus características técnicas y capacidad de fuego vinieron a representar la única amenaza seria para la Flota Republicana. No obstante esa superioridad, el "Baleares" huyó en el combate que le presentó el crucero "Libertad" en Cabo Cherchel (septiembre de 1937) y fue finalmente hundido por torpedos de la Flota Republicana en el combate de Cabo de Palos (marzo de 1938), en esta ocasión el navío que huyó fue el "Canarias".
Benito Sacaluga
Pabellón de los buques de la
Marina de Guerra Republicana
(1) Tomado de "La Armada Española durante la guerra de los tres años (1936-1939)".
(2) Extractado de Diario de Cádiz. Un gaditano llevó al exilio a Alfonso XIII. Juan Torrejón Chaves. 14 de abril de 2014.