Por Gisella Quintana B.
(Publicado originalmente en suplemento La Revista del diario El Universo, Guayaquil, el 28 de enero de 2018)
Foto tomada de La Revista, diario El Universo.
Este estudio de animación es pionero en narrar historias digitales. Su gran talento también es crear mundos arquitectónicamente convincentes y, sobre todo, críticos.
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Muchos millenials crecimos viendo las películas de Pixar y, como adultos, siguen emocionándonos. Tenía 8 años cuando se estrenó Toy Story, y como todo niño fanático de las caricaturas (cabe decir que era el boom de Cartoon Network en esa época), esta producción era el top de los dibujos animados. Sin comparación.
Una de las últimas películas que lograron este efecto en mí fue Monsters University. En este universo onírico, los personajes, aunque estrambóticos, encajan en un hábitat posible. Los monstruos que caminan y vuelan acuden a las facultades en tierra; los nadadores, a las aulas en el agua.
Las arquitectas norteamericanas Anastasia Sekalias y Kathryn Anthony fueron las primeras en descubrir estos detalles. Para ellas, Pixar tiene la capacidad para recrear espacios visiblemente regulados por principios arquitectónicos básicos.
“Su papel pionero en el cine está bien documentado, aunque sus vínculos con la arquitectura aún no se han explorado a fondo”, señalan en una investigación sobre este tema, publicada en el portal ArchDaily.
Anthony es una distinguida investigadora y profesora en la Universidad de Illinois, mientras que Sekalias es asociada en una firma de Chicago; colaboró en este análisis mientras cursaba un máster en la misma universidad.
Para las autoras, estos mundos arquitectónicamente convincentes, ya sean alternativos o dentro del ámbito humano, son una “herramienta para fomentar el pensamiento crítico acerca de nuestro entorno”. Así afirman luego de estudiar la ambientación de Monsters Inc., Toy Story, Up, una aventura de altura, Wall E y Nemo.
Accesibilidad y diseño universal
Lo primero que observaron Anthony y Sekalias es la interacción de los personajes con el entorno. Cada individuo, a pesar de su escala, forma y habilidades convive en un ambiente adaptado a sus características. Cuando no ocurre, es evidente su frustración.
En Monstrópolis (Monsters Inc.), los personajes se deslizan o escabullen cómodamente por la ciudad. Incluso en la fábrica donde trabajan Sulley y Mike, las puertas tienen manijas en diferentes alturas para adecuarse a todos los usuarios. Una lección para futuros arquitectos sobre accesibilidad y diseño universal.
“Monstrópolis es sensible a las diferencias entre los habitante, lo que les permite coexistir feliz y cómodamente”. En cambio, en Toy Story los juguetes sufren en un mundo no diseñado para ellos. Debido a su reducida escala, el ambiente humano les genera más de un obstáculo. Esto ayuda a las audiencias, dicen las investigadoras, a sentir empatía hacia las personas con barreras físicas.
Sustentabilidad
Otro elemento común es la relación con el medio natural. En Monsters Inc. hay una analogía dedicada al uso de combustibles fósiles en contraste con fuentes de energía menos dañinas, como el sol. Se refleja cuando Sully nota que la risa de los niños es más potente que sus gritos recogidos despiadadamente.
En Wall-E hay una postura más brutal: los patrones de consumo humano han dañado el planeta, por tanto deben vivir en una nave. La moraleja es reducir el impacto ambiental con ténicas sustentables y materiales biodegradables.
En Nemo se muestra una sensibilidad a nuestro impacto sobre el resto de seres vivos. En el tanque donde colocan a Nemo, luego de ser capturado, viven peces un poco inestables, pues solo conocen la vida en cautiverio. Esto habla de la necesidad del diseño en línea con el bienestar y las demandas de los animales confinados, no solo para ser observados.
Reflejo de la persona
En la visión de Pixar, la arquitectura además de práctica refleja la personalidad de sus habitantes. Up lo demuestra con el mobiliario que varía según los gustos de Ellie y Carl. La casa es un espejo de su unión, por eso Carl lucha tanto para conservarla. Es parte de su identidad.
Toy Story también muestra la importancia de expresarse en el espacio individual. Cuando Andy renueva sus afiches, sábanas y adornos al cambiar de juguete favorito, aumenta la tensión entre Woody y Buzzlightyear.
Ambas son un recordatorio para diseñar espacios con los valores de sus habitantes.
Alegría y creatividad
Estas historias animan disfrutar mundos imposibles que parezcan reales. Como un viaje alrededor del mundo al cruzar los armarios en Monsters Inc. Con esto busca motivar a los arquitectos a pensar fuera de la caja y soñar con ambientes que invoquen alegría y asombro, que sean únicos y memorables.
Una mirada local
“Pixar cumple a cabalidad con el objetivo propuesto: sacar al ser humano de su burbuja diaria y plasmarlo en una realidad utópica que todos en algún momento de nuestras vidas hemos soñado vivir”, opina el arquitecto Manuel Galárraga, máster en Diseño Urbano y docente universitario (U. San Francisco de Quito y UDLA).
Para el experto, quenes vivimos el ajetreo urbano también podemos trasladar una pequeña parte de ese pensamiento idealizado-utópico y hacer ciudad. Al igual que las autoras de este estudio, concuerda que uno de los lineamientos fundamentales para la implementación de un desarrollo urbano sostenible es la construcción de ciudades inclusivas, “en la cual se proponga generar una accesibilidad universal que permita a todos disfrutar de la calidad espacial que pueden ofrecer nuestras ciudades y así promover y fortificar la cohesión social en nuestras comunidades”.
Galárraga también se refiere al aumento de la huella urbana de las ciudades a nivel mundial. “El mensaje de Pixar es claro: si no cuidamos al medio ambiente, tarde o temprano lo perderemos. Es nuestra responsabilidad promover sistemas de acción que permitan mantener y mejorar nuestra calidad de vida a partir de propuestas que salvaguarden la calidad del aire, agua y demás elementos naturales y medio ambientales”. Éstas deben ser tomadas como prioridad dentro de los procesos de diseño y reestructuración de las ciudades.
Pero, a su vez advierte que la simplicidad del día a día y nuestra idiosincrasia no permite una exploración exhaustiva de propuestas arquitectónicas y urbanas con planteamientos creativos para el diseño de nuestros espacios.
“Es deber de un creativo, diseñador o arquitecto tener la capacidad de plasmar en estos lugares una pequeña parte del mundo utópico que como seres vivos quisiéramos algún día tener, y poseer la capacidad imaginativa y espacial de proponer ideas que puedan mejorar la calidad de vida de las personas, fomentando la exploración de alternativas espaciales que permitan a las personas vivir a la ciudad de una manera más agradable y distinta”.
Galárraga también es socio fundador del estudio En.Te Arquitectos, en Quito.