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La artista Jacqueline Bonacic-Doric brilla con sus esculturas textiles en la Bienal del Cuenca

Publicado el 29 octubre 2025 por Emprendedores De Hoy

La artista Jacqueline Bonacic-Doric brilla con sus esculturas textiles en la Bienal del Cuenca

El Museo La Neomudéjar, está participando oficialmente con pabellón propio en la que se considera una de las mejores bienales de arte de Latinoamérica La Bienal de Cuenca (Ecuador). 

El Museo ha elegido para su propuesta nombres imprescindibles del arte actual Español como son Marina Núñez, Ciria, Diego Moya, Jacqueline Bonacic-Doric y a la artista Guatemalteca Verónica Riedel. Este es el elenco artístico que coloniza con sus obras la «Casa Vélez” bajo la curadora de Nestor Prieto, un edificio histórico perteneciente al Epicentro Cultural, que la Bienal ha ofrecido al museo La Neomudéjar para montar su pabellón propio.

Tras la inauguración del Pabellón español de La Neomudejar, la obra textil de la artista Jacqueline Bonacic-Doric ha recibido gran expectación y reconocimiento por parte del público asistente así como diferentes curadores de la Bienal que han resaltado la profundidad y compromiso político de su trabajo. Su obra impregnada de autenticidad, ha recibido elogios de la crítica y de un amplio espectro de artistas participantes del esta XVIII Bienal de Cuenca. Y es que la obra escultórica de la artista afincada en París, habla de la ternura, de la necesidad de operar en otras lógicas desde el margen, de reconocer en el otro la singularidad y participar de la existencia propia y ajena sin juicios de valor.

Sus textiles, que ya han sido mostrados en diversos países, siempre despiertan una especial reacción. Casualmente, debido a su naturaleza marginal (han sido elaborados con desechos, materiales hallados y todo aquel resto que la sociedad descarta por inservible), esta condición actúa como reflejo de la situación social actual en Ecuador y su compleja relación con los pueblos originarios.

Los «Héroes» así los llama la artista, en sus propias palabras son quienes son y no tienen miedo a serlo, coinciden en tiempo y forma con las revueltas estudiantiles que se perpetraban enfrente de la sede «Casa Velez» donde se exponen. El conflicto del agua y la defensa de los derechos indígenas en Ecuador han sido un constante murmullo en los días previos y posteriores a la Bienal.

Precisamente, la vulnerabilidad de las esculturas de Jacqueline Bonacic-Doric fue resaltada y simbiotizada como emblema de la misma causa. La invisibilidad de los ‘Héroes textiles’ de Bonacic-Doric coincide con la limitada atención mediática hacia la reclamación indígena por el agua en Ecuador. Colectivos indígenas como ‘Los ojos del jaguar’ participaron de la performance que la artista planteó tras la inauguración de su exposición.

La trienal de New York que dirige Ezequiel Taveras ya ha puesto ojo en su obra y estudia junto al museo una futura exposición de la artista española, tras la Bienal.

Los días 27 y 28 de octubre los codirectores del Museo La Neomudéjar Francisco Brives y Néstor Prieto participarán como ponentes en la ciudad de Loja donde se desarrollará el Congreso Internacional de Nuevas Pedagogías en las Artes, un espacio de encuentro académico y profesional que reunirá a especialistas, docentes e investigadores para reflexionar sobre los desafíos y las innovaciones en la enseñanza artística. El título de la ponencia «Futuros Imposibles para territorios resilientes o como habitar la grieta desde la creación de un museo para el siglo XXI, retos y nuevos paradigmas» 

La Bienal de Cuenca cumple 40 años de existencia y en su XVII edición, su director Hernán Pacurucu ha planteado un reto para los más de 17 comisarios internacionales invitados bajo el lema «The Game”. 

El comisario de la exposición, Néstor Prieto, ha basado su propuesta en la simbiosis. Bajo el título “Mycelium, la simbiosis de la forma» Prieto plantea un juego entre el mycelio y sus sistemas de cooperación que generan conectividad, apoyo mutuo y sostenibilidad para la vida.

Un marcado comisariado que atraviesa la supervivencia como eje trasversal en el sistema del arte, y que pone de manifiesto la vulnerabilidad, la fragilidad y lo complejo que es la vida y la existencia sin el apoyo mutuo. Coincidentemente, este discurso se presenta en un contexto en el que el pabellón del Museo en la Bienal de Cuenca no ha contado con financiación española.

En esta ocasión para su participación en el escaparate internacional de la Bienal de Cuenca han tenido el apoyo in extremis de la Fundación Arts Connection de Miami. Gracias a su directora, Andreina Fuentes Angarita, el Museo La Neomudéjar llegó a Ecuador para formar parte de este escaparate tan relevante en términos internacionales. 

En cuanto a la propuesta artística del museo en la «Casa Vélez», se inauguró el día 22 de octubre y permanecerá hasta el 1 de febrero 2026. En su recorrido, comenta el comisario Nestor Prieto, se podrá disfrutar de una experiencia diferencial con una serie de tecnologías, reflexiones y lenguajes artísticos que van desde la instalación, el vídeo, la escultura, la pintura o la actual IA. La propuesta es muy atrevida, ya que juega con la arquitectura histórica colonial, en un edificio singular que funciona como un laberinto de habitaciones, balcones y escaleras.

La primera planta está inundada por la propuesta de Jose Manuel Ciria, un laberinto tensionado de obras pictóricas espectaculares que arman un recorrido inmersivo con dos grandes fuentes productoras de vida, 6 goteros clínicos que llenos de pintura y colores alimentan la creatividad e irán impregnando una cascada de lienzos que durante la Bienal conformaran una suerte de mycelio pictórico, metáfora de la simbiosis entre el arte y la vida.

La obra de Ciria es sin duda una de las grandes voces referentes del arte actual español y qué mayor presencia internacional tiene dentro del mercado del arte internacional. Este invita a una reflexión profunda sobre el lenguaje pictórico que trascienda el plano material para asentarse en un universo mental de creación singular, muy personal y de una gestualidad inconfundible.

Se suman a esta propuesta las últimas obras del artista Diego Moya, quien, a través del juego con el micelio y sus reconocidas cajas de luz, presentará su producción más reciente. Su trabajo refleja una preocupación constante por la deriva del ser humano ante la invasión de los dispositivos en la configuración de la sociedad contemporánea. Por primera vez, su producción abandona la geometría para adentrarse en una suerte de figuración donde los rostros se componen de fragmentaciones en planos de luz, que dan lugar a una insinuación pseudo humana que interpela sobre hacia dónde discurre la identidad como especie.

En la segunda de las plantas está representada la vulnerabilidad, con la imponente obra de Jacqueline Bonacic-Doric, que sumerge en una revisitación de su ‘Bosque de los abatidos’. En esta ocasión, la instalación dialoga con una acumulación de seres heroicos (creaciones de arte textil) desbordados por uno de los balcones de la Casa Vélez, desafiando el barranco con una cascada de supervivientes textiles. 

La obra de la artista española de origen serbocroata, impone una acción performativa de carácter lúdico donde la fragilidad puede estar adentro o afuera, y el refugio a veces puede ser un barranco y otras veces el hogar del vacío de los desechos. Su trabajo performativo ha sido parte del programa que el visitante podrá acompañar durante los primeros días de la Bienal de Cuenca. Y su performance duracional planteó en la inauguración un rescate en las fronteras difuminadas de un abismo real que aqueja a la sociedad. La performance ejecutó en tiempo real un rescate de los supervivientes textiles generados tras una utópica hecatombe nuclear.

La tercera de las plantas cuenta con la tecnología láser y la implantación de la IA en la vida cotidiana. Las esculturas talladas en vidrio de Marina Núñez ofrecen la revisión de que el ser humano es materia o polvo de estrellas. Su mirada cósmica sobre el cuerpo y la materia conformada por virus y bacterias alude a ese juego simbiótico que se da entre los organismos que conforman la corporalidad, y que sin el apoyo mutuo no existirían. Las piezas de vídeo que acompañan esta instalación son especialmente impactantes y su manejo de la IA dentro de su producción de videoarte, aportará sin duda un despliegue de evocación e imaginación al visitante. 

Por último, y no menos atrevida, es la propuesta de la Guatemalteca Verónica Riedel y su investigación sobre los biocultivos. Su trabajo conforma una instalación frente a un vitral impresionante donde antes estaban las antiguas cocinas de la vivienda, lugar donde se cuece la investigación sobre las plantas medicinales Mayas y ese mycelio que alimenta la vida del planeta. La obra de Riedel, profundiza sobre la fuente del conocimiento ancestral y las composiciones geométricas. Su trabajo está conectado con la cosmovisión Maya y la necesidad de cuidar y escuchar la vida en la tierra.

La Bienal de Cuenca (Ecuador), que cumple 40 años de existencia, nació en 1985. En esta XVII edición, se desarrollará desde octubre de 2025 hasta febrero de 2026 y contará con nombres fundamentales del mundo comisarial de las bienales, varios de ellos amigos y cómplices del Museo La Neomudéjar que a lo largo de sus 13 años de existencia siempre ha tenido un foco internacional y una mirada cómplice con Latinoamérica.

La artista Jacqueline Bonacic-Doric brilla con sus esculturas textiles en la Bienal del Cuenca


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