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Autoridades locales de Europa, de América Latina y de África se reúnen para coordinarse y avanzar en la inclusión y la democracia participativa "frente al gobierno de los mercados financieros".
A las afueras de Dakar, a veinte minutos en coche del Campus Universitario Cheikh Anta Diop, donde se celebran la mayoría de las actividades del Foro, un anfiteatro con capacidad para 300 personas se ha convertido en una Asamblea General de representantes de ciudades y pueblos de todo el mundo. La Federación de Autoridades Locales ha concentrado a todos los miembros que se han trasladado hasta Dakar en el salón de actos de un hotel de las afueras para conjugar esfuerzos y dar un paso más en la coordinación de políticas locales destinadas a “la inclusión social y la democracia participativa, con la participación de movimientos sociales, así como ampliar la capacidad de intervención política y social de los poderes locales y desarrollar iniciativas comunes”, como se define la organización.
Sin embargo, que el anfitrión sea un presidente de al menos 85 años -siempre se rumoreó que Abdoulaye Wade oculta su verdadera edad-, cuya presidencia -que dura ya más de diez años- ha estado envuelta en casos de corrupción y que ha atentado contra la libertad de expresión tiene sus riesgos –paradigmática resultó la detención del entonces Vicepresidente del Parlamento de Senegal, Amath Dansokho, en 2006 tras haber criticado al presidente de “amordazar la prensa” y de derrochar recursos públicos mientras “seis millones de senegaleses están en la miseria”, así como la condena a un año de prisión a un médico que el pasado año cuestionó la idoneidad del estado de salud del presidente para volver a presentarse a unas elecciones–. Era previsible que el discurso del presidente Wade, incansable defensor de las bondades del liberalismo, desentonara en un foro dirigido a “fortalecer los lazos entre los gobiernos locales para hacer frente al gobierno de los mercados financieros”, como nos explica Miguel Esteban, uno de los responsables de esta Asamblea. Y también lo era que a las puertas del evento un centenar de seguidores del líder de la oposición y actual alcalde de Dakar, Khalifa Sall, se manifestaran en su contra. Lo que no esperaban los asistentes es que el presidente se extendiera durante más de una hora y media compartiendo su cosmovisión sobre los asuntos más dispares con la sala.
Una vez que el presidente y sus partidarios abandonaron la sala comenzó realmente la jornada en la que se compartieron políticas puestas ya en práctica y que terminan sirviendo de ejemplos a los otros. La alcaldesa de la población senegalesa de Louga, Aminata Mbengue Ndiaye, fue la primera en introducir una idea transversal a esta federación: “los gobiernos descentralizados son los más más adecuados para gobernar los efectos de la crisis en la población. Es desde donde mejor se miden los efectos y, por tanto, desde donde se pueden dar respuestas más ajustadas”. La alcaldía de Luga ha sido innovadora a la hora de introducir la participación en el desarrollo de las políticas. Esta alcaldesa ha dado prioridad a los jóvenes, a las mujeres y a los sectores más desfavorecidos. Ha sido la primera población senegalesa que ha creado una mutua de asistencia sanitaria para los indigentes y sus hijos. “Tenemos los consejos de barrio, donde se efectúan las consultas y debates, y que proponen las soluciones. Produce una mayor justicia social porque le da derecho a hablar a todo el mundo”. Esta idea fue repetida por Gilberto Carvalho, ministro de la presidencia de Brasil, con palabras del ex presidente Brasileño Lula da Silva, “el gobierno tiene que escuchar el pueblo, pero para eso hace falta que hable y que tenga canales para ser escuchados”. Participación y más participación, una forma para fortalecer y legitimar los gobiernos democráticos.
“¿Para qué sirve la democracia si no mejora las condiciones de vida de las poblaciones? Nuestra experiencia demuestra que otro mundo es posible. Y para ello el papel de la mujer es clave, por lo que tenemos que librarla de la carga socio-cultural que nos impide avanzar” dice al aforo esta mujer que se ha convertido en un referente del poder de la gestión local en Senegal. “Hay que invertir en en educación, rehabilitar las escuelas, comprar material escolar, y en la salud”. Inversión en educación y salud. “Hay que dar prioridad a gastar un euro en educación a arreglar una calle o cambiar las farolas por una más bonita”, recalca Gilbert Roger, alcalde de Bondy, en Francia.
“En Ginebra hemos dedicado una parte importante a hablar de los impuestos, de la legitimidad y la necesidad de pagar impuestos. Son mejoras que a lo mejor no están revolucionando el sistema mundial pero sí nuestras localidades”, dice Sandrine Salerno, del Ayuntamiento de la capital suiza. Y es que en este congreso conviven varios planos que a menudo se presentan como opuestos o incompatibles y que, en este caso, se reivindican como complementarios. Una federación internacional compuesta por representantes locales, que busca un mundo más justo desde sus municipios, sin apenas fuentes de financiación propias pero con todo un aparato de gestión cotidiana que, con sus miles de gobiernos asociados, conforman una potente red internacionalista del poder local. Por ello, por ejemplo en Ginebra “hemos dedicado una parte del presupuesto a la agricultura de proximidad, algo que aprendimos en México. Ginebra es una ciudad que no tiene campo ni terrenos cultivables que le permitan trabajar en la soberanía alimentariaasí que hemos decidido trabajar en los vínculos entre ciudad y campo, en la remuneración de las personas que se dedican al trabajo de la tierra y al uso sostenible de los recursos naturales”. El derecho a la ciudad – una carta que desarrolla el derecho a un trabajo, a una vivienda digna, a un medio ambiente saludable, a la energía, al espacio público- se ha reafirmado en esta Asamblea general con propuestas para su desarrollo.
Y así, los delegados se fueron repartiendo por grupos de trabajo temáticas: “Cooperación descentralizada y diplomacia de las ciudades para la paz y la solidaridad”, “Emancipación y género”, “Medio ambiente, cambio climático y derecho al agua”, “Servicios públicos y metrópolis solidarias”…. Autoridades y miembros de movimientos sociales de Europa, América Latina y África fundamentalmente, en mesas redondas, libreta en mano y traducción simultánea debatieron durante horas -y en algunos casos, con posturas bastante divergentes- hasta la noche cuando se hizo público la Declaración final de la Asamblea que se desarrollará durante los dos próximos años.
La declaración empieza: “Los miembros de FAL apoyan la capacidad de los pueblos de África, del Magreb a tomar las riendas de su destino. Su voluntad de cambio debe ser respetada. Queremos mostrar nuestro apoyo a todos los pueblos que luchan para recuperar sus recursos naturales, que luchan contra la privatización o la apropiación de sus recursos”. Y en los tres folios que ocupa encontramos como prioridad “movilizarse contra la mundialización neoliberal que ha demostrado sus límites, sus fallos; una movilización contra la explotación de las riquezas y recursos naturales de África”.
Fuente: periodismohumano.com