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En el siguiente vídeo podemos ver algunas reflexiones del científico Richard Dawkins acerca de la relación entre ciencia y moral. Sobre este mismo punto en concreto ya publiqué una nota acerca de las ideas de Sam Harris. Ahora, me parece que puede ser interesante que escuchemos lo que Dawkins tiene que decir al respecto.
Algunos puntos que entresaco del discurso de Dawkins:
1.- La ciencia no puede establecer por sí misma valores morales. La ciencia trata sobre cómo es el mundo, sobre cómo funciona. Pero de lo que es no se puede derivar directamente lo que se debe hacer:
2.- La ciencia sí puede ayudar a la ética a establecer valores morales de acuerdo con los propios criterios racionales de ambas disciplinas: la lógica y los hechos.
3.- La ciencia nos muestra que todos los animales tenemos un mismo pasado evolutivo y que tenemos características similares, como es por ejemplo la capacidad de sentir. Por tanto, es irracional hacer separaciones radicales entre los animales, tal y como hace aquella mentalidad que Dawkins denomina "absolutista", aunque en realidad sería más apropiado denominarla como especista.
4. Detrás de la ciencia existen ideas filosóficas que son las que condicionan su objeto y forma de estudio. Creo que esta última idea la explica en detalle el filósofo de la ciencia, Mario Bunge.
Dawkins habla también acerca del utilitarismo, una teoría con la que claramente simpatiza en la versión promovida por Peter Singer. La frecuente idea de que es "bueno" sacrificar las vidas de unos pocos individuos si resulta útil para favorecer el bienestar de otros muchos no sería genuinamente especista, sino utilitarista.
En relación con este tema, sobre la relación, entre pensamiento científico y pensamiento moral, recordé que en el blog La ciencia es bella me llamó la atención, hace ya un tiempo, una entrada en donde se comentaba una iniciativa de Richard Feynman en la que proponía que resumiéramos el núcleo más importante del conocimiento científico en una sola frase. En las respuestas que aparecieron al respecto, me pareció destacable apreciar que muchas de ellas - la mayoría - hicieran apología manifiesta del antropocentrismo:
" Cójanse de las manos, mírense a los ojos y hablen recordando nuestra historia evolutiva y la importancia de nuestra especie”. Marc Hauser
"Por eso, el objetivo de los esfuerzos medioambientales no es tanto salvar el planeta -que de todas formas sobrevivirá y creará nuevas combinaciones de átomos- como asegurar la prosperidad de nuestra propia especie”. Carl Folke
“A menudo, la manera de entender un sistema complejo es entendiendo sus componentes, pero probablemente no es así en el caso de los sistemas complejos más interesantes: nosotros”. Robert Sapolsky
Es como si en lugar de pedirles una frase para resumir lo más esencial e importante del conocimiento científico les hubieran reclamado una sentencia que resumiera el corazón del antropocentrismo. Y es que realmente a veces parece que la mayor parte del tiempo los humanos nos dedicáramos a mirarnos embobados el ombligo y estudiáramos todas las demás cosas solamente porque estuvieran relacionadas con nosotros mismos.
Me pregunto entonces: ¿cómo podemos superar este antropocentrismo? Pues entiendo que de la misma manera que hemos superado la magia, la brujería y el chamanismo. Aplicando la razón. Partiendo de la lógica y de los hechos empíricos de los que tenemos conocimiento.
En el propio blog La Ciencia es bella, aparece como lema en su cabecera:
"No olvides que la ciencia nos proporciona una forma de pensar racional, que modifica nuestro mundo a pasos agigantados y que, además, es bella."
Cuando lo he leí lo primero que he pensé es que me daba la impresión de que en realidad lo correcto sería al contrario: una forma de pensar racional es la que nos proporciona lo que entendemos por ciencia. Construir teorías basadas en la evidencia empírica, y en aplicar los principios de la lógica, son los que fundamentan la investigación y el conocimiento científico.
Hasta el siglo XVIII la ciencia era denominada "filosofía natural", es decir, una parte de la filosofía que estudia la naturaleza en sus procesos, en cómo funciona. Y no fue hasta el siglo XIX que decidió marchar por su cuenta. Como también le ocurrió a otras tantas disciplinas: lógica, psicología, sociología,... Ahora llamamos filosofía por un lado a nuestra visión del mundo y a la reflexión general sobre los fundamentos de esa visión, y, por el otro, a la reflexión particular sobre cada uno de los aspectos concretos de la vida o sobre nuestras diferentes sectores de conocimiento.
Si una forma de pensar racional nos ha proporcionado la ciencia moderna, del mismo modo, también puede proporcionarnos la ética. Aunque para esto sería necesario previamente superar el antropocentrismo. Porque si hemos superado el prejuicio humanocentrista en cosmología (no somos el centro del universo) y en biología (no somos el centro de la naturaleza), no hay ninguna razón que justifique mantener ese mismo antropocentrismo en el contexto moral y suponer que solamente los humanos merecen consideración moral o que estamos legitimados en someter a otros individuos simplemente por no ser de la especie humana. Algunos científicos y divulgadores de la ciencia y el pensamiento racional como es el caso de Carl Sagan ya mostraron preocupación por este tema.
Si el escepticismo racional es una parte fundamental de esa visión del mundo basada en la Razón ilustrada, y la postura racional defiende el principio lógica de la continuidad de la existencia, entonces no puede haber ámbitos de la vida que estén radicalmente separados. Ya se trate de ciencia, ideología, economía, (o cualquier otra actividad) no es racional defender que sólo en algunas de ellas es pertinente aplicar la razón. Deberíamos esforzarnos por hacer lo mismo en todas.
Es por esto que entiendo que la razón debería ser aplicada por igual también en el terreno de la ética. Y por eso estoy plenamente de acuerdo en el hecho de denunciar que las discriminaciones morales entre seres humanos basadas en sexos, razas, o naciones, es algo contrario a la razón. La consideración moral no tiene relación alguna con la pertenencia a determinada raza, sexo o nación. Sino que tiene que ver con el hecho de que somos individuos conscientes y con intereses propios que deseamos que se nos respete.
Sin embargo, también estoy convencido que es una tarea pendiente, no sólo del movimiento escéptico en particular sino de la sociedad en general, el reconocer que - al igual que el racismo o el sexismo - el especismo es también una discriminación injusta e irracional. El antropocentrismo moral (esto es, creer que sólo los seres humanos merecen igual consideración moral y derechos) es una ideología radicalmente irracional e incluso más dañina que todos los demás prejuicios juntos.
Creo que este último punto merece, al menos, una más que profunda reflexión por cualquier persona que se considere racional y que todavía no comprenda su gravedad o importancia. Lo cual reconozco que en principio es difícil de por sí, sobre todo por el contexto social en el que vivimos, en donde es una idea corriente, y asumida por casi todos, la de que sólo los humanos merecemos igual respeto y que estamos por encima de los demás animales, con derecho a utilizarles para nuestros fines.
Precisamente el especismo se basa en esa misma dicotomía en la que se basa el racismo y el nacionalismo, la dicotomía del "nosotros" (los humanos) por encima de "ellos" (los demás animales). Y su preminencia en nuestra mentalidad causa miles de millones de víctimas cada año. Sin que haya tampoco ningún argumento racionalmente basado en la necesidad o la utilidad que lo pueda justificar.
No sabemos si estamos solos en el universo. Si hay otros planetas que alberguen formas de vida y seres conscientes. De lo que no hay ninguna duda es de que no estamos solos en este planeta. Habitamos este mundo junto con otros animales que poseen la capacidad de sentir, que tienen sus propia voluntad e intereses. ¿Por qué nuestros intereses deben estar por encima de los de otros animales, solamente porque no sean humanos? Cualquier argumento que se pretenda alegar servirá igualmente para justificar hacer lo mismo con otros humanos.
Es necesario abandonar la irracionalidad y adoptar un radical cambio de perspectiva, y fundamentar nuestra ética en la razón, es decir, en las evidencias y la lógica. Así, probablemente tendremos el mismo éxito que ha tenido la ciencia, en conseguir un conocimiento claro sobre cómo debemos comportarnos, de acuerdo con la realidad y la razón.
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