Revista Poesía
La mañana sale de una caja. Volando al revés,
Caminando sobre el agua, mirando el cielo desde el suelo
Y la Tierra que se viene cayendo desde arriba,
Mientras pequeña crisálida te esmeras en florecer,
Alcanzo el ocaso nocturno, acuchillándome
Con la sangre azul, de las cartas.
Ahora ya floreciste crisálida, ahora eres una polilla morada,
Yo estoy en el punto mas bajo, cuando miro al revés las cosas
Y unas ganas locas de apretar el enrejado eléctrico, se
Le vienen a mis músicos privados, la idea prohibida
La que vive sobre la hierba.
Empiezas a aprender a volar polilla, con alitas azucaradas
Pero frágiles, como son las hojas de la segunda estación,
Yo empiezo a sacar las ropas de las cenizas, y a enderezar
Los pilares, sobre los que anduve, una vez.
Nos topamos en esa torre, polilla voladora, por única vez
Tú ya madura por la carne y la muerte y yo pulido ya
Por las siniestros rencores que se diluyen ahora, en amargas
Sonrisas.
Empiezo a encausar una vez más las raíces,
Absorbo la Tierra que sujeta mi techo, abajo yace el cielo
Como un espejo que se traga la claustrofobia.
Polilla estas decayendo, te estas haciendo polvo,
No jugaste con los fósforos a propósito, pero
Como quemaste, quemaste hasta mi cínico
Aliento, y la mirada despreciativa.
Ahora decae y muere sobre un lecho de hojitas verdes,
Yo estoy en el punto mas alto, pero el ciclo se mueve de nuevo,
Como fuegos artificiales gentiles arderán las venas alguna vez.
Y tu te denigraras en seda otra vez...para seguir siendo una crisálida
Que muere y renace en el agua, las vueltas son acidas.