Revista Cultura y Ocio

La auténtica Alicia, la de Lewis Carroll

Publicado el 21 abril 2010 por Carol
La auténtica Alicia, la de Lewis CarrollNo quiero entrar a valorar la película de Tim Burton antes de haberla visto -de éste fin de semana no pasa-, pero me da la impresión de que de nuevo se desvirtúa la obra de Lewis Carroll. Todo el mundo conoce Alicia en el país de las maravillas, unos cuantos menos su continuación, Alicia a través del espejo, pero son pocos los que han leído las obras originales de Carroll. La mayoría conocemos a Alicia a través de las versiones infantiles que se han hecho del cuento, la serie de dibujos animados que se emitió hace años en España o la película de Disney. Con motivo del estreno del film de Burton -del que, por otro lado, soy una gran admiradora-, me he decidido a releer estas dos novelas que han pasado sin pena ni gloria por nuestro país, mientras que en Inglaterra son verdaderos fenómenos literarios. ¿Y eso por qué? Pues porque son obras eminentemente británicas, hijas de la época y sobre todo el país que las vio nacer. Alicia, pese a nacer como una narración dedicada a entretener a unas niñas, es una obra compleja y de un virtuosismo literario tal, que se ha considerado a Carroll precursor de James Joyce y sus complejos juegos con el lenguaje. Alicia en el país de las maravillas, la obra más conocida, es algo más asequible, sin embargo, con la traducción al español pierde toda su gracia, ya que los juegos de palabras, equívocos, poemas y referencias al imaginario colectivo inglés, son en la mayoría de los casos intraducibles. Ésto se acrecienta en A través del espejo, que Carroll escribió ya pensando en el público, el ingenio que desplega el escritor en esta obra es tal, que pasas más tiempo leyendo las notas a pie de página que el texto en sí. A pesar de ello, que nadie se asuste, Alicia es un cuento encantador, que guarda mucho de la esencia infantil con la que nació, nos retrotrae a la infancia y nos hace soñar. Hay dos lecturas posibles de Alicia, la meramente sensorial, dejándonos llevar por la niña a su mágico país de las maravillas, y la del lector adulto que va más allá del significado superficial de la obra. Para éstos últimos, lo mejor será que se hagan con una buena traducción en una edición crítica, porque algunas traducciones han conseguido desmoronar la obra original. Y volviendo a lo que decía al principio de Tim Burton, me temo que una vez más, despista al público presentando a una Alicia que no existe, embrollando los personajes y dejando tan sólo el esqueleto de una historia que tiene mucho fondo detrás.

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