Ayer, en una reunión de amigos, se suscitó el debate de la juventud de hoy día y la ausencia de conceptos como ’sacrificio’, ’superación’ o ‘esfuerzo’ en su educación. Yo soy de la opinión de que la juventud de hoy ni es mejor ni peor que las de otras generaciones, simplemente son diferentes. Mis amigos me retaron a reseñar en este blog algún libro que pudiera servir para incentivar esos valores. Le he dedicado algunas horas al tema y creo que la mejor manera de predicar es siempre mediante el ejemplo, así que necesitaba una biografía (amena) que mostrara ese espíritu de superación que mis amigos opinan hoy se ha perdido (y que no tuviera por protagonista una estrellla pop, un deportista o algún ex-concursante de Gran Hermano).
Mi conclusión es que el libro más adecuado es la Autobiografía de Benjamin Franklin, una obra que escribiera el que fuera presidente de los Estados Unidos de América para su hijo, y que fue publicada de manera póstuma. Yo la leí ya hace algunos años en la edición que Editora Nacional publicara en 1982 dentro de la colección Biblioteca de la literatura y el pensamiento universales, y que llevaba por título Autobiografía y otros escritos. Esta no es la autobiografía de un presidente de los Estados Unidos, sino la de un joven que se abre camino con su tesón como editor desde lo más ínfimo del negocio, que se subleva contra el destino que su padre le tiene preparado e incluso escapa de casa para buscar su destino, que se abre camino con ingenio y su sudor, que se arriesga con empresas arriesgadas y gana, que escala posiciones sociales y se hace un hombre útil para la comunidad, y todo manteniendo las virtudes de un buen y recto padre de familia.
La narrativa de Franklin es fresca y ágil, mantiene un todo ligero que hace que el lector esté anhelante por pasar las hojas. Pensé que jamás volvería a ver ese libro, ya que lo leí a base de préstamos de la biblioteca de Filología de la Universidad de Sevilla, pero me equivoqué, pues cuál no ha sido mi sorpresa al constatar que se ha reeditado y quien se ha encargado de ello es una editorial sevillana, Mono Azul Editora.
Si os animáis con esta lectura para el verano os prometo que no tendréis conciencia de estar sumergidos en una autobiografía al uso, sino que bien podría pasar por una novela de Mark Twain.
Agustín Velasco. Diario de Sevilla. Lecturofilia