Hace unos diez años en el mundo de los escritores podíamos hablar de tres tipos de autores: los que querían publicar pero no podían, una gran clase media que publicaban en tiradas cortas y los grandes bestsellers de siempre. Lo que ha pasado en muy poco tiempo es que la llamada clase media ha desaparecido del mapa. Ha sido destruida por el mercado.
Las pequeñas editoriales han ido desapareciendo o siendo absorbidas por las grandes, donde lo único que importa es el beneficio económico. Esos grandes grupos han preferido impulsar a los autores superventas y liquidar a los que no generan tanto dinero. No lo juzgo: simplemente es lo que ha pasado.
Esto ha convertido el hecho de publicar en una editorial tradicional en algo prácticamente imposible. Ahora no es que te envíen una carta de rechazo como hacían antes: lo que hacen es ignorante y ni abren el buzón de correo donde cada días cientos de autores esperan una oportunidad que no va a llegar.
Todo esto lo que ha hecho es impulsar el mundo de la autoedición. Eso me ha llevado a crear un proyecto como el de Letra minúscula para ayudar a tantos y tantos autores a cumplir su sueño de publicar. Muchos excelentes escritores no puede ver su libro en una librería con un sello editorial, pero pueden (gracias a plataformas como Amazon, Google play o Casa del Libro) poner su libro delante de millones de lectores. Nadie dice que ese camino sea fácil. Pero si un autor saca una buena obra de manera profesional y tiene conocimientos de marketing puede aspirar a codearse con los grandes nombres sin necesidad de depender de nadie. La autoedición no es una moda, sino la mejor opción para muchos escritores.
Roberto Augusto