Revista Opinión

La Aventura de Decirle a tu Pareja que Estás Lista

Publicado el 05 marzo 2019 por Carlosgu82

La comunicación con tu pareja es indispensable siempre. Pero cuando se trata de mandar a pedir una criatura, es vital. La vida en pareja se compone de acuerdos tácitos y compromisos, de momentos mágicos, de amor y apoyo; pero desde el lado más pragmático, hay que tener en cuenta la diferencia de opiniones e intereses, valorar el momento adecuado para cada uno y no tomar decisiones de manera unilateral. De esta manera evitamos convertir nuestra convivencia en pareja en un ring de lucha libre.

Tener un hijo no es un capricho, va a ser que no. Es para toda la vida, aunque mis palabras suenen a las de mi abuela. Es el ancla más precisa al momento presente que existe. De hecho, mi abuela que todavía vive y está en todos sus cabales me dice: “no tengas hijos, pasa del tema, dan mucha lata”. Yo me río porque resulta fácil hablar cuando ya has tenido la experiencia y qué difícil es tomar la decisión sobre tenerlos o no, cuando no la has vivido. El tiempo pasa para todo el mundo y nuestro cuerpo y nosotros mismos nos vamos volviendo cada vez más caprichosos. Hay que tener claro tanto el sí como el no, antes de que la fábrica se cierre definitivamente.

Quizás lo más recomendable es que te preguntes a ti misma, antes de hablar con tu pareja ¿por qué motivo te gustaría ser madre? De la respuesta dependerá la dirección de tus palabras después. Motivos hay infinitos, reconoce los tuyos, mira en tu interior y estudia de dónde te viene ese instinto maternal, no vaya a ser un espejismo del momento y necesites un poco más de tiempo. Tampoco, te obsesiones, solamente reflexiona tu parte antes de compartirla. Frena ese impulso de largar tu verdad. No des por sentado que tu pareja sabe que estás lista para dar un paso de gigante con la maternidad, creo que no puede adivinarte el pensamiento.

Una vez estés delante de tu pareja a punto de decirle lo que quieres para un futuro a corto plazo, lo más importante es que no pierdas la perspectiva de lo que quieres transmitirle ni tampoco la coherencia en el discurso, aunque tu pareja no opine lo mismo que tú y tú seas de las que se ofuscan rápidamente cuando le llevan la contraria. No pierdas los nervios, puede que sólo necesite pensar también en el tema antes de tomar su decisión. Cada persona está en una situación diferente cada día, igual tu pareja está pensando en el próximo destino de vacaciones cuando tu quieres hablarle de bebés.

Si ves que rehuye la conversación, mejor déjalo para otro día. No te enfades. Igual ni se lo esperaba. Igual ha entendido con el susto que le estabas pidiendo que metiera un brazo en la boca de un cocodrilo y le han entrado ganas de salir corriendo lo más rápido posible para salvarse. A veces las personas tenemos que reflexionar acerca del nivel de compromiso que estamos dispuestos a asumir junto a otro ser humano. Hay tantos casos distintos como cosas que nos pasan por la mente.

Lo más importante es no perder el foco de nuestros sueños sin perder tampoco la paciencia. Esperar es de sabios, adelantarse o mostrarse inflexibles con los demás es de necios y si encima la otra persona es nuestra pareja, es de imprudentes.


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