Habitando en las costas del norte de Australia, el suroeste de Asia y en el oeste del océano índico, esta especie cnidaria de la clase cubozoa posee una cantidad de veneno más potente que el de una cobra capaz de matar a unas sesenta personas. Aunque principalmente usa su veneno para atacar a sus presas, una picadura puede llevar a la muerte en cuestión de minutos y es muy imprevisible por lo que es difícil prevenir de su existencia antes de su mortal ataque. Es por ello que en Australia ha cobrado más vidas que los tiburones.
Su nombre científico es Chironex fleckeri y es una cubomedusa que posee unos sesenta tentáculos de unos tres metros de largo en su fase adulta. Nos la podemos encontrar con más posibilidad cuando el más está en calma y el aire cálido, oscilando la temperatura acuática entre 23 y 28 grados centígrados. Salvo en julio, su época de mayores avistamientos y picaduras es entre septiembre y mayo.
Una vez producida la picadura, si el área afectada no supera el diez por ciento de la superficie corporal, no se considera un caso de gravedad mortal por lo que podemos tener suerte si alguna vez corremos ante este serio peligro. Además si tenemos también la suerte de que nos pique una de estas medusas en edades no adultas tenemos más posibilidades de sobrevivir.
Los síntomas que incluye una picadura son: dolores severos y malestares, cefaleas, espasmos musculares, fiebres, náuseas y un largo etcétera. Existen por supuesto remedios y un antídoto específico para intentar salvar la situación.