Una investigación que publica esta semana en la revista Journal of the American Society of Nephrology, muestra que seguir una dieta rica en fructosa, el edulcorante de los refrescos, eleva significativamente el riesgo cardiovascular. Los investigadores de la Universidad de Colorado (EEUU), realizaron un seguimiento a 4.528 individuos que no presentaban un historial previo de hipertensión. Entre otras variables, evaluaron su condición física, el ejercicio que realizaban y sus hábitos alimenticios. A través de varios cuestionarios, midieron la cantidad total de fructosa que cada participante consumía habitualmente. También hicieron lo mismo con otros nutrientes que también podrían influir sobre su salud, como la sal, el alcohol y la vitamina C. De las personas analizadas las que consumían alrededor de 74 gramos diarios de fructosa, que corresponde a la ingesta de 2,5 refrescos azucarados, desarrollaron hipertensión. Es necesario probar ahora si una disminución en la ingesta de azúcares es capaz de reducir la hipertensión y la tasa de enfermedades cardiovasculares.