Diferentes alturas de marea
La bahía de Fundy es una bahía (algunas fuentes la consideran un mar) que separa la península de Nueva Escocia de la provincia de Nueva Brunswick -New Brunswick para los ingleses y Nouveau Brunswick para los franceses- en la costa canadiense del Atlántico, la cual destaca por ser el sitio donde se producen las mareas más altas del mundo. Ríase usted de las de La Concha de San Sebastián.
Barcos y la marea
Esta bahía tiene unos 270 kms de longitud, 80 kms de ancho en su parte más ancha y su profundidad oscila entre los 50 y los 150 m. Esta peculiar forma de embudo abierto al Océano Atlántico, junto con sus características batimétricas, hacen que cuando se produce una marea viva en esta zona, el movimiento del agua sea verdaderamente descomunal, produciéndose variaciones de altura que habitualmente oscilan entre los 12 y los 16 metros, llegándose a medir hasta 21,6 metros de marea en 1869 cuando se combinó una marea viva de las más potentes con una profundísima tormenta tropical.
Hopewell Rocks en bajamar
Para hacerse una idea del volumen de agua que se llega a mover cada 12 horas y 25 minutos -que es lo que tarda en subir y bajar la marea- en la Bahía de Fundy, hemos de contar que ella equivale a la cantidad de agua que desembocan en el mar todos los ríos del mundo en un día, es decir, aproximadamente unos 100 km3, o lo que es lo mismo, 662 pantanos de Sau llenos hasta los topes. Lo que viene a ser un "chato" de vino, vamos.
Macareo
No obstante, debido a la longitud de la bahía, todo el agua en movimiento, no acaba de salir de ella, por lo que cuando está a punto de salir, ya tiene que volver hacia adentro. Esta situación, provoca que mientras que en la cola de la bahía de Fundy, las mareas sean de 16 metros, en la entrada -en su parte más ancha- las mareas no pasen de los 6, creando un movimiento de oscilación muy marcado semejante al balanceo de una bañera y que, en algunos casos, puede provocar la generación de macareos (ver La impresionante ola de marea del río Qiantang). Justamente por esta característica se le ha dado a llamar como "la bañera más grande del mundo".
Gran riqueza biológica marina
Tanto movimiento de agua para arriba y para abajo, hace que haya una gran sacudida de los fondos marinos de la zona que hace que los sedimentos permanezcan en suspensión, liberando los nutrientes que son utilizados por toda la fauna marina. Estos nutrientes son empleados por toda la cadena trófica, empezando por el fitoplancton, pasando por los grandes bancos de arenques, los pocos que quedan de bacalao (ver Atilas al pil-pil) y acabando por los rorcuales y las ballenas jorobadas, dando todo ello una gran producción pesquera que ha sido tradicionalmente una de las actividades económicas más rentables del entorno de la bahía de Fundy.
Hopewell Rocks en pleamar
La impresionante cantidad de energía en movimiento que implican estas mareas, a parte de despertar la ambición de los grandes lobbies energéticos de cara a un aprovechamiento mareomotriz -por suerte no desarrollado-, ha modelado profundamente la geografía de toda la costa, creando un paisaje asombroso. A los frondosos bosques de coníferas que llegan prácticamente a orillas del mar, se suman formaciones rocosas tales como las de Hopewell Rocks, monolitos rocosos de varias decenas de metros de alto, que son visitables a pie durante la marea baja y que, una vez remontada, se convierten en meros islotes a unos cuantos metros de la costa.
De esta forma, las mareas más grandes del mundo, junto a su impresionante riqueza natural, han convertido a la bahía de Fundy en uno de los lugares más bellos y turísticos de Canadá.
Espectáculo natural cada 12 horas y 25 minutos
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