Revista Música
Hacía tiempo que tenía olvidado el apartado de “Versiones”, así que hoy lo rescato con esta hermosa balada británica y algunas de sus variantes...
Corría el año 89 cuando un grupo británico de Manchester (los Smiths ya habían muerto) emergió con un impecable álbum de debut homónimo: “The Stone Roses”, pero no voy a hablar hoy de este álbum, ¿qué digo álbum?, de esta joya musical mejor dicho. No, hoy me limitaré a sonsacar un breve tema de apenas un minuto de duración y que obviamente desentonaba con todos los demás, lo titularon “Elizabeth my dear” y hablaba de una reina medieval.
*** THE STONE ROSES *** ELIZABETH MY DEAR ***
Pero la música provenía, al parecer, de una vieja melodía llamada “ Scarborough Fair” (la feria de Scarborough), es una canción tradicional inglesa de autor desconocido, la forma como la conocemos hoy en día data del siglo XII. El nombre Scarborough Fair, hace referencia a la Feria de Scarborough, que en tiempos medievales representaba uno de los mayores puntos de referencia comercial de toda Inglaterra, con un enorme mercado que se prolongaba durante 45 días a partir del 15 de agosto.
Parsley, sage, rosemary and thyme:
En el segundo verso de cada estrofa se repiten esas palabras y constituyen un motivo clave en la canción, es decir: perejil, salvia, romero y tomillo, probablemente como símbolo de las cualidades que el cantante quiere que tanto el como su amada tengan, para hacer posible su vuelta.
Otra posible explicación dada a por qué se repiten estas plantas a lo largo de la canción, es que estas, se creía, podían formar una pócima de amor que era muy popular durante la Edad Media.
*** VERSIÓN SIMON & GARFUNKEL ***
*** VERSIÓN CARLY SIMON ***
*** VERSIÓN CANTO GREGORIANO ***
*** VERSIÓN AMY NUTTALL ***
*** VERSIÓN AMORES IMPOSIBLES ***
Letra traducida:
“Si vas a la feria de Scarborough:
Perejil, salvia, romero y tomillo.
dale recuerdos a alguien que vive allí:
ella fue una vez mi gran amor.
En la ladera de una colina, en el bosque verde y espeso,
el rastro de los gorriones sobre la nieve dorada,
cubre y arropa al hijo de la montaña,
que duerme ajeno a la llamada del clarín.
Dile que me haga una camisa de batista:
Perejil, salvia, romero y tomillo;
sin costuras ni remiendos,
y volverá a ser mi gran amor.
En la ladera de una colina, una rociada de hojas
bañan la tumba con lágrimas plateadas.
Un soldado limpia y pule su arma.
Duerme ajeno a la llamada del clarín.
Dile que me consiga un acre de tierra:
Perejil, salvia, romero y tomillo;
entre el agua salada y la costa,
y volverá a ser mi gran amor.
Rugidos de guerra que arden en batallones escarlata.
Los generales ordenan a sus soldados matar y luchar
por una causa que han olvidado hace tiempo.
Dile que lo siegue con una hoz de cuero:
Perejil, salvia, romero y tomillo;
y recógelo en un manojo de brezo.
Entonces, volverá a ser mi gran amor”.
Xim #10