Cierto es que
los plátanos gigantes llevan tiempo, años, acompañando a la afición de Róterdam,
pero el lanzamiento de uno de ellos al terreno de juego puede estar detrás de
un condenable acto de discriminación racial.
Una fruta
tan común en los hogares, capaz de hacer saltar la polémica una vez más en el
fútbol europeo. El futbolista de la Roma Gervinho recibió un suculento regalo
de la afición del Feyenoord, nada menos que una banana hinchable de tamaño
gigante. Rápidamente saltaron las alarmas al poderse catalogar como un acto relacionado
con lamentables intenciones de ofender a un futbolista de raza negra.
Tras el
descanso, la expulsión del local Te Vrede agitó de nuevo a los seguidores, que
llegaron a lanzar bengalas y otros objetos al terreno de juego del Feyenoord
Stadion. El choque se detuvo cerca de veinticinco minutos. Una lamentable actuación por parte de los seguidores que casi obliga a uno a ponerse en la tesitura de si fue un acto de arraigada tradición o algo bastante más serio, racismo.
Monos y humanos venimos de un un ancestrocomún, ¡somos primates! ¿Llamar mono a un semejante es racismo? Nosotros no les llamamos racistas, que también, les conocemos como ignorantes.