La Barreta.- La dictadura del mercado

No es un mercado legendario, ni tan famoso como otros en Gracia, pero hace que la vida en derredor siga su ritmo. "Casi ningún bar de la zona abre por las tardes. La calle sigue la pauta del mercado de la Estrella". Lo dice Vane, una cocinera ex elBulli cansada de la alta cocina que regenta desde 2010 un pequeño bar a escasos metros del sol de calle. Es La Barreta, un bar de comidas, un bar donde el manido adjetivo "de comida de mercado" toma todo su sentido. Hace platos, sin menú ni carta. Adiós formalismos. Es la cocina de toda la vida.

Dirección: Pi i Margall, 77 bajos
Precio medio: Croquetas, 0,80; bocadillo caliente o frío 2,20; unidad de alcachofas: 1,50€. Plato principal: 8,50€.
Imprescindible: A primera hora, su desayuno de tenedor. Un bocadillo de tortilla de chorizo, pan con tomate y unas croquetas. El día empieza mejor.
Horario: De lunes a viernes, de 6.30 a 18.00h. Sábado, de 6.30 a 15.00h. Horarario de mercado.

Según Cultibar

¿Ocho plazas? Serán ocho taburetes y juntos. Es "caliu" humano y gastronómico en una zona a la espalda de Gracia. Cocina lo que provee el mercado a primera hora. "Vane, ¿qué tendremos a mediodía? No lo sé, llámame después". Así funciona La Barreta. Todos se conocen, por lo que los despistados que pasan y preguntan por el menú no son bienvenidos. No, no es para tanto. Son costumbres de bar de barrio, de bar de gente, de amigos, de trabajadores del mercado que lo han convertido en su bar. Así que entras y preguntas. No vale sentarse y esperar. Entra y conoce producto y horas, porque aquí también funcionan las tandas. Es lo que tienen cinco metros cuadrados.

Vane quizá haga mover a los parroquianos al "salón de té". Claro, no existe, o sí. Es el giro de barra, las dos taburetes que utiliza de comodín. "Siempre nos manda ahí", comentan dos amigos. Con suerte te habrás hecho fuerte en localidad y prestarás atención. Habas con almejas; caracoles; alcachofas guisadas con huevo duro cuando es temporada; sopas con olla de barro; los jueves, paella (una eminencia en el barrio), y los viernes, estofado o fricandó.

Cocina tradicional de mercado, según el cual también se moverá el precio. 8,50€ es lo habitual con ese primero inmenso y quizá, según cómo esté de humor Vane, una ensalada de entrante. Un poco más barato si evitas al compañero. Más o menos caro si fluye el precio del mercado, de alimentos se entiende. Lo que debes dar por sentado es su procedencia. Estrella style.

La experiencia Cultibar

Las mañanas, especialmente las del fin de semana, están diseñadas para no pensar. Optamos por acudir al lugar idóneo. Público auténtico en barra, código interno de lo más particular y mirada prudente ante el desconocido. Aquella mañana no sentimos distancia, sino respeto, aunque podía palparse cierta inseguridad en sus caras por puro miedo a perder el oasis que habían construido.

Vane lidera dicho oasis con unas reglas claras y concisas. Comer lo que hay, disfrutar del entorno construido y enamorarte de una gastronomía que puede tocarse, palparse, sentirse. Adaptarse o morir. Elegimos la primera opción y valió la pena.

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