Revista Cultura y Ocio

La batalla de Anzio

Por Joaquintoledo

Escrito porJoaquín Toledo, especialista en historia del mundo, historia antigua y  con amplia experiencia en investigaciones sobre conflictos bélicos.

Una vez finalizada la guerra en África, los soldados alemanes fueron hechos prisioneros en su mayoría, mientras que algunos otros consiguieron huir a duras penas. El general Rommel huyó en avión y se escondió para así no desalentar a los civiles y otros soldados, acerca del desastre que se habían llevado sus Afrika Korps. Como sea, la oportunidad de ganar la guerra en aquel continente se le había esfumado a Hitler para siempre, así como de ganar posiciones importantes que lo lleven a los ricos pozos petrolíferos de Medio Oriente. La guerra en África se había concretado con la participación de los soldados estadounidenses. Tres meses después del fin de las batallas en este continente los aliados lanzaban un ataque y un desembarco anfibio que tomó Sicilia y amenazaba el sur de Italia. Luego con el desembarco en Salerno los aliados se acercaban peligrosamente hacia Roma, y por ello se creyó que los germanos, que ya estaban prestos a defender Italia hasta el último hombre, se replegarían hacia el norte.

Las predicciones aliadas fueron erradas, pues Hitler, presintiendo que su aliado Mussolini se había puesto muy nervioso, había ordenado una inmediata invasión de Italia  y si bien los aliados conseguían avances, la difícil geografía del país hacían extremadamente complicada una rápida ofensiva, en realidad el Alto Mando aliado iba pensando en Francia, al equivocarse que Italia sería un campo relativamente fácil de tomar. Los alemanes empezaron a combatir ferozmente por cada pedazo de tierra italiano, como si fuera suyo  y para todos parecía que la guerra aún estaba lejos de acabar. Roma parecía un objetivo difícil que costaría muchas vidas y material. Sin embargo, los aliados decidieron acabar con las principales defensas alemanas para debilitarlas y avanzar lo suficiente como para debilitar a las fuerzas occidentales de Alemania antes del desembarco en Normandía.

Entonces se avanzaría sobre la línea Gustav con el fin de acabar con la resistencia germana alrededor de Montecassino, en Anzio, mientras tanto, desembarcarían otras tropas que junto con las primeras se unirían para marchar sobre Roma. En el Adriático se atacaría las fuerzas germanas para evitar cualquier tipo de intento de Hitler de fortalecer estas posiciones. Entonces el 16 de enero de 1944 se atacó Montecassino, batalla que por cierto duraría cinco agitados meses para los aliados, la operación en sí, resultó en un fracaso, o por lo menos, una victoria pírrica. Pese a ello ya nada retrasaría la Operación en Anzio ni tampoco la cancelaría.

Los desembarcos
Seis días después del primer ataque en Montecassino, es decir el 22 de enero de 1944, los aliados desembarcaban en las costas de Anzio y Nettuno por la mañana. Era la Operación Shingle, eran alrededor de 40 mil soldados que debían empujar a los alemanes hacia el norte y liberar Roma luego del esperado triunfo rápido en Montecassino, que por cierto no llegó. Los aliados atacaron con  dos divisiones de infantería, un regimiento de tanques, así como algunos paracaidistas estadounidenses. En un principio todo parecía marchar según lo acordado y se capturó aproximadamente unos 200 nazis, con pocas bajas para los aliados. Se tomó Anzio y Nettuno y se prosiguió avanzando unos cuantos kilómetros en el norte y el sur, aunque no continuaron su avance más allá, tiempo que fue aprovechado por los alemanes. Hitler dio el visto bueno a Kesselring para que disponga de lo necesario, se envió a la Cuarta División de Paracaidista y la División Hermann Göering para defender Anzio, además de Roma. El Führer, ante la necesidad de evitar a toda costa el inminente avance aliado que se cernía sobre la capital, envío a la 3 División Panzer y a la 71 de infantería, además de otras tropas de diversos lares como Yugoslavia, Alemania y Francia.


El contraataque de Hitler

Los alemanes, sin perder tiempo, contraatacaron y a los pocos días de desembarco, los aliados parecían que iban a quedar totalmente cercados. En el norte los alemanes atacaron a la 1 División Británica entre el 3 y 4 de febrero quien resistió lo que pudo y  se retiró en orden. El general aliado Lucas, el responsable, ordenó que se resista en torno al río Moletta y el canal Mussolini, de ahí en más, las tropas aliadas no debían retroceder sino querían que la operación resulte en un fracaso. Los alemanes, con tropas, muchas de ellas experimentadas o al menos bien entrenadas, hicieron retroceder a los aliados en el norte, ambos bandos perdieron casi la misma cantidad de soldados, sin embargo los 96 mil soldados aliados comprometidos en la operación estaban siendo cada vez más cercados y mermados por 120 mil nazis. El hombre al mando de parte de los aliados, Lucas, fue reemplazado por Truscott.

Luego de días de intensa presión en la que los alemanes completaron el cerco y quisieron reducirlo haciendo estallar dentro del mismo a más de 90 mil aliados, las divisiones panzer atacan las líneas de defensa, con el fin de apoderarse de Nettuno. No obstante, se hallaron con una fiera resistencia aliada, a pesar de que el 28 de febrero los alemanes parecían reducirlos, el fuego de artillería enemiga se los impidió. Gracias a la superioridad aérea aliada, los alemanes no pudieron reducir a los invasores ni expulsarlos y comenzaron a desmoralizarse. Y llegó marzo, otro mes más sin que los nazis obtuvieran grandes progresos, sólo faltaba que los aliados recibieran nuevos refuerzos. Pero de momento, ambos bandos lucharon a la defensiva, así pasarían días y semanas, aunque siempre los aliados eran las tropas con mayores esperanzas para vencer, pues Hitler y el alto mando alemán no ideó otro plan ni reforzó sus posiciones enviando nuevas tropas. El 28 de marzo las posiciones aliadas fueron reemplazadas, llegando de refuerzo unos 14 mil soldados frescos a Anzio.

El resto de abril los alemanes y aliados se tornarían en un combate de tira y afloja por ver quien se quedaba con la victoria. El 5 de mayo, Truscott recibe la orden de romper el cerco en Cisterna y de Velletri, buscando atrapar a los alemanes que huirían, exhaustos ya por cierto. Truscott fue persuadido, empero, de cambiar de estrategia, pues se le sugirió que al romper el cerco se dirija inmediatamente a Roma para que así sean los estadounidenses y no los británicos o de otro país, los primeros en ingresar a Roma. Era el 11 de mayo, cuando el 5 y 8 ejércitos aliados atacaron la Línea Gustav, en Montecassino mientras tanto, las defensas germanas caían luego de semanas de resistir el asedio a duras penas. El 15 de mayo la batalla finalizó con el monasterio reducido a cenizas. Acabada la batalla allí, se dirigieron como lo planeado en un inicio de la operación, rumbo a Anzio, aniquilando a todos los alemanes que encontraron a su paso.

La ruptura del cerco fue durante el 23 de mayo cuando miles de obuses cayeron sobre unos débiles y mortificados alemanes rompiendo el cerco en Velletri y Cisterna, siendo esta localidad cercada con unos desesperados alemanes dentro que por cierto, opusieron fanática resistencia. Se capturó el pueblo el 25 de mayo y aquel mismo día a las siete y media de la mañana, durante el alba, se encuentran ambo ejércitos, los de Anzio y Montecassino, meses después de lo planeado, pero conscientes de que los alemanes habían sido debilitados y que la vía hacia Roma estaba prácticamente libre, eso sí, la ofensiva costó gran costo de vidas aliadas, la mortandad entre los alemanes también fue regular. Los nazis, mientras tanto, se batían en retirada rumbo a la ciudad Eterna donde no estuvieron mucho tiempo, pues, los estadounidenses ingresaron primero que nadie el 4 de junio de 1944 haciendo desfilar sus tanques Sherman frente al Coliseo Romano y a una población bastante sorprendida. Sin embargo, Hitler, no daría su brazo a torcer tan fácilmente y ya estaba pensando en defender Italia desde el norte, en un terreno aún más difícil de dominar, a esta nueva línea defensiva se le llamó Línea Gótica, pero eso ya es otra historia.


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