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Tiempo de lectura: 5 minutosLos antecedentes de esta batalla hay que situarlos en el contexto de expansión púnica del siglo III a.C. Desde el 237 a.C., los bárcidas con su deseo de ampliación de sus prerrogativas sobre Iberia por razones económicas y estratégicas empieza dicho proceso, pues Cartago necesitaba con urgencia los metales preciosos de las cuencas mineras de Sierra Morena, sus arcas habían quedado vacías después de la Primera Guerra Púnica (264 a.C.- 241 a.C.) y había que reclutar mercenarios hispanos para sus menguados ejércitos.
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Cuando Amílcar desembarcó, solo Gades[1] y algunas pequeñas colonias fenicias estaban en la órbita de Cartago y extendían su influencia por el sur del país. Con su ejército mercenario, y más tarde con soldados pagados o reclutados, Amílcar dominó tribus y ciudades, combinando la maquinaria diplomática con la bélica.
La Batalla de Hélike
En este contexto hay que situar la Batalla de Hélike (Hélice, o Ilice), en el año el año 228 a.C. Ese mismo año, Amílcar Barca con su hueste cartaginesa puso asedio a Hélike, mientras los contestanos recibieron la ayuda de Oretanos[2], Olcades[3] y Vetones[4].
No se sabe con certeza como se desarrollaron los acontecimientos, pero según algunas versiones Orisón, “rey” (mejor caudillo o régulo) de los Oretanos, viendo la clara inferioridad de su ejército ante el de Amílcar Barca, ofreció su disposición como aliado, en el momento en que los cartagineses bajaron la guardia se acercó con su contingente a su campamento.
Se dice que los cartagineses trataron de usar en la batalla sus temibles elefantes de guerra, pero que Orisón se había prevenido contra ellos colocando fajos de paja que serían quemados con los cuernos antorchados de los bueyes que tiraban de los carros, poniendo a los animales en primera línea y avanzando sus tropas en segunda fila hacia el enemigo[5]. Cuando los elefantes salieron, los oretanos encendieron las astas y azuzaron a los toros contra ellos, lo cual espantó a las bestias púnicas y causó el caos en sus líneas, además de incendiar su campamento[6].
Contra esta sorprendente ofensiva, las tropas cartaginesas se batieron en retirada dirigiéndose hacia Akra Leuke para refugiarse. Esta sería la primera derrota cartaginesa en territorio peninsular. En la fuga, Amílcar Barca murió ahogado en un paso fluvial que algunas fuentes identifican cerca del río Vinalopó[7].
Como vemos, la situación del lugar exacto en que se desarrolló la acción aún hoy en día es conflictiva. Tradicionalmente se han propuesto varias posibilidades, entre ellas que Hélike refiera las actuales ciudades de Elche de la Sierra (Albacete)[8], Elche (Alicante)[9] e incluso Belchite (Zaragoza)[10].
La historia dispuso que al año siguiente, en el 227 a.C., el propio Orisón fuera vencido por el hijo de Amílcar, el famoso Aníbal Barca, tras lo cual los oretanos definitivamente aceptaron la alianza de facto con Cartago.
No obstante el ardid de que se valió Orisón para hacer frente a los cartaginenses debió acarrear tal expectación entre las tribus íberas que se tradujo como una especie de actividad para la diversión pública entre estas sociedades, y de ella, al menos así reza la tradición, deriva la reminiscencia de los “toros de fuego” (curiosamente afincada en los territorios alicantinos). Esta treta tan llamativa sería retomada, de manera irónica, posteriormente por Aníbal en las campañas itálicas contra los romanos, tal y como recogen las fuentes clásicas.
Autor: Darío Pérez Vidal para revistadehistoria.es
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Bibliografía:
– ALBURQUERQUE PÉREZ, A. (1988). “Indortes e Istolacio, Orisón, Indíbil y Mandonio”. Madrid.
– CHRISTOL M., NONY D. (1991). “De los orígenes de roma a las invasiones bárbaras”. Ediciones Akal.
– CORTÉS LÓPEZ M. (1836). “Diccionario geográfico-histórico de la españa antigua tarraconense, bética y lusitana, con la correspondencia de sus regiones, ciudades, etc., a las conocidas en nuestros días”. Vol. II, Imp. Real.
– GARCÍA ALONSO, F. (2015). “Roma, Cartago, iberos y celtiberos. Las grandes guerras de la península ibérica”. Ariel, Barcelona.
– GARCÍA-OSUNA Y RODRÍGUEZ, J. M. M. (2007). “La segunda guerra romano-púnica y el gran Aníbal Barca”. Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén: Instituto de Estudios Giennenses), Núm. 195.
– LAFUENTE, M. (1861). “Historia de España”. Vol. I.
– LOZANO SANTA, J. (1794).”Bastitania y Contestania del Reino de Murcia”. Murcia, Vol. III.
– TORTOSA ROCAMORA, T. (2006). “Los estilos y grupos pictóricos de la cerámica ibérica figurada en la contestania”. CSIC.
[1] Nombre fenicio-púnico de la actual ciudad de Cádiz.
[2] Tribu ibera asentada mayormente en el territorio que traviesa la Sierra Morena, actualmente provincias de Ciudad Real, Albacete, Córdoba y Jaén.
[3] Aunque sea una tribu cuya localización ha suscitado distintas hipótesis, la mayoría de fuentes la sitúan dentro del actual territorio de la provincia de Cuenca.
[4] Pueblo prerromano de origen céltico que comprendió su territorio entre los ríos Tajo y Duero, principalmente en las actuales provincias de Ávila, Salamanca y Cáceres.
[5] Francisco García Campa nos cuenta más de estos “toros embolados” rudimentarios en: https://bellumartishistoriamilitar.blogspot.com/2016/12/los-toros-embolados-y-amilcar-barca.html
[6] En este episodio, no todos los historiadores clásicos se muestran de acuerdo: Diodoro Sículo lo mantiene tal como se relata, mientras que Polibio y Apiano no lo mencionan en sus crónicas de la batalla, y Frontino y Zonaras, creen que se usaron carros cargados de ramas ardiendo en lugar de antorchas en los cuernos.
[7] Este es el planteamiento mayormente más aceptado, no obstante tampoco está exento de hondos desacuerdos: Diodoro y Apiano creen que el general cartaginés murió ahogado en un río (como hemos dicho presumiblemente el Vinalopó) al caer de su caballo mientras era perseguido por oretanos; Frontino afirma que Amílcar sobrevivió a la corriente, aunque sólo para ser abatido momentos después por guerreros de Heliké; Zonaras recoge que cayó en su campamento tratando de huir del caos de los elefantes; y Polibio, por último, postula que Amílcar en realidad consiguió escapar de la batalla con vida, pero que murió en combate contra alguna otra tribu ibera no especificada en un momento posterior.
[8] J. Lozano Santa en “Bastitania y Contestania del Reino de Murcia” (Vol. III) y M. Almagro y A. García Bellido en “España protohistórica: la España de las invasiones célticas y el mundo de las colonizaciones”.
[9] M. Christol y D. Nony en “De los orígenes de roma a las invasiones bárbaras” y M. Cortés López en “Diccionario geográfico-histórico de la España antigua tarraconense, bética y lusitana, con la correspondencia de sus regiones, ciudades, etc., á las conocidas en nuestros días” (Vol. II).
[10] M. Lafuente en “Historia de España” (Vol.I)
Parte de Portada:
De Mbmrock – Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=35289261
La entrada La Batalla de Hélike: “los toros de fuego” y la última escaramuza de Amílcar Barca se publicó primero en Revista de Historia.