Las principales discográficas, representadas por la Asociación de la Industria Discográfica de América (RIAA), han presentado demandas por infracción de derechos de autor contra dos startups de inteligencia artificial, Suno y Uncharted Labs, desarrolladora de Udio. Las demandas alegan que estas empresas utilizaron grabaciones de sonido sin licencia para entrenar sus modelos de AI destinados a la generación de música.
Udio y la Canción Viral «BBL Drizzy»
Udio, que recaudó 10 millones de dólares en abril, es la responsable de la canción generada por AI «BBL Drizzy», que se volvió viral en medio de la disputa entre Kendrick Lamar y Drake. Esta canción ha puesto en el punto de mira a la startup debido a su uso de tecnología AI para crear música que emula a artistas conocidos.
Declaraciones de la RIAA
El CEO de la RIAA, Mitch Glazier, afirmó que las demandas son necesarias para «reforzar las reglas más básicas del camino para el desarrollo responsable, ético y legal de los sistemas de AI generativa». Según Glazier, es esencial establecer límites claros para evitar que las tecnologías emergentes infrinjan los derechos de los artistas.
Apoyo de Artistas Contra el Uso Indebido de AI
En abril, más de 200 artistas firmaron una carta abierta instando a los desarrolladores y plataformas de AI a dejar de infringir los derechos de los artistas mediante el uso de inteligencia artificial. Esta iniciativa subraya la creciente preocupación en la comunidad artística sobre el impacto de la AI en la propiedad intelectual y los derechos creativos.
Un Precedente para el Futuro de la Música AI
A medida que la música generada por AI se vuelve más sofisticada y accesible, estas demandas, presentadas en nombre de Sony, UMG Recordings, Warner Records y otras discográficas, tienen el potencial de establecer un precedente significativo para el futuro de la inteligencia artificial en la música. La resolución de estos casos podría definir cómo se utilizarán y regularán las tecnologías AI en la creación musical, equilibrando la innovación tecnológica con la protección de los derechos de los artistas.
Estas acciones legales reflejan un punto de inflexión en la industria musical, donde la tecnología y la creatividad humana se encuentran en una encrucijada, planteando preguntas críticas sobre la ética, la legalidad y el futuro de la creación musical en la era digital.