Actualmente, la lucha contra el Estado Islámico está dividida en varios frentes. En Siria, el combate urbano en las grandes ciudades avanza lentamente. La gran fragmentación de los distintos bandos complica el desarrollo de grandes operaciones militares, por lo que el avance de las líneas del frente está resultando lento y costoso. En Irak, el Estado Islámico irrumpió con fuerza el pasado verano, conquistando de manera efectiva más de un tercio del territorio y tomando la segunda ciudad más importante del país: Mosul.
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Ahora, la cooperación entre los distintos grupos armados kurdos y el gobierno de Bagdad están propiciando una reconquista de la zona bajo control yihadista. El respaldo aéreo de la coalición internacional, el nuevo flujo de armas y el entrenamiento militar está logrando los primeros grandes éxitos en las provincias de Diyala y Salah ad Din.
Hace tan sólo dos semanas, las fuerzas kurdas lanzaron una gran ofensiva contra la provincia de Nínive con la intención de liberar el monte Sinjar, otro de los símbolos de la lucha kurda y las terribles atrocidades del Estado Islámico.
Geografía e historia de Sinjar
La gobernación de Nínive destaca por sus planicies abiertas y pequeñas ciudades. No dispone de muchas elevaciones abruptas, siendo la mayor de estas excepciones las montañas de Sinjar, llamada así por los árabes o Shingal, según su nombre kurdo. Este pequeño sistema montañoso se alarga de este a oeste cerca de 100 kilómetros, entrando su parte más occidental en Siria. Su punto más elevado roza los 1.400 metros, desde donde se avista la árida estepa color ocre común del lugar. A sus pies, la ciudad de Sinjar, que si bien no disponía de mucho más de 20.000 habitantes, era una de las más pobladas del lugar.
La minoría religiosa yazidí se repartía en pueblos en la montaña o alrededor de esta, usándola como santuario religioso y a la vez como refugio en caso de sufrir cualquier ataque. Los yazidíes son en su mayoría kurdos, y su distinción tanto religiosa como étnica les ha llevado a vivir continuas guerras contra la mayoría árabe. Aparte, los yazidíes conviven con otras minorías religiosas, como por ejemplo los kurdos cristianos.
Aunque su importancia estratégica no es muy elevada, estas montañas otorgan un paso fronterizo poco controlado entre Siria e Irak, además de ser una fortaleza defensiva de difícil captura.
Ofensiva islamista de agosto
El 1 de Agosto, tras la exitosa operación de Mosul, el Estado Islámico avanzó hacia la ciudad de Zummar, al noreste de Irak. Tras tres días de combates, las tropas peshmerga del Gobierno Regional del Kurdistán se retiraron, permitiendo a los yihadistas entrar en la ciudad y controlar sus pozos petrolíferos. Desde Zummar, el Estado Islámico pudo avanzar hacia dos enclaves de alto valor estratégico: la presa de Mosul, principal fuente de energía de la provincia de Nínive, y la ciudad de Rabia, paso fronterizo con Siria que da acceso a una gran parte de suministros.
Los yihadistas sólo veían un último estorbo para consolidar sus pasos entre Siria e Irak. La población kurda de Sinjar podía suponer un peligro a sus rutas de abastecimiento, por lo que decidió tomar militarmente las aldeas y ciudades que rodean las montañas.
Esto tuvo unas consecuencias desastrosas para la población civil. Las minorías, aterradas de sufrir toda clase de abusos por parte de los radicales, tuvieron serios problemas para huir. Aunque muchos consiguieron llegar a Duhok o Erbil, el avance imparable del Estado Islámico obligó a cerca de 40.000 personas a refugiarse en las Montañas Sinjar sin suministros para sobrevivir.
La crisis humanitaria repercutió en los medios de comunicación de todo el mundo. La inesperada toma de Mosul alertaron a los gobiernos occidentales y a Estados Unidos, que rápidamente se puso manos a la obra para frenar la campaña militar de los integristas.
Unas reestructuradas fuerzas peshmerga, ayudadas con bombardeos de los F-18 estadounidenses, hacían tropezar la conquista de los radicales suníes el 8 de Agosto. Poco después se establecía un puente aéreo de suministros a la población asediada en las montañas Sinjar.
No obstante, la ayuda terrestre no llegaría a manos de los peshmerga del KDP, partido gobernante en esa zona del Gobierno Regional del Kurdistán. Serían las guerrillas del PKK y las YPG las que romperían el cerco islamista de manera inesperada, creando un pequeño corredor de evacuación que salvó la vida a miles de refugiados.
El PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), aunque principalmente operativo en Turquía, destaca por su historial combativo y es reconocido como la organización política con más apoyos entre los kurdos. Considerada organización terrorista por Estados Unidos, ha iniciado un lento proceso de negociaciones con Turquía, su principal rival. Las YPG/YPJ (Unidades de Protección Popular y su versión femenina, las Unidades de Defensa de la Mujer) es una organización kurda en Siria, con estrechos vínculos al PKK, que destacan por su papel en la batalla por Kobane.
Pese a este éxito, el Estado Islámico pudo continuar su asedio a las montañas del Sinjar, controlando la mayoría de las aldeas que las rodean.
Contraofensiva kurda hacia Sinjar
El avance de los yihadistas sufrió una fuerte resaca territorial tras su rápida expansión. En cuestión de días tuvieron que replegarse y abandonar posiciones en la presa de Mosul o cercanas a Erbil. Desde ese momento, el frente quedó parado con puntuales contraofensivas de las tropas kurdas e iraquíes. El Estado Islámico mostró haber conseguido una línea defensiva bastante efectiva en puntos importantes como Tikrit, donde rechazó los múltiples intentos de tomar la ciudad por parte de Bagdad.
Uno de los grandes éxitos de los peshmerga del KDP fue la captura de Zummar de manera definitiva a finales de octubre. Con Zummar y Rabia como puntos asegurados, las fuerzas kurdas podían lanzar una ofensiva a gran escala sobre los distritos de Tal Afar y Sinjar.
Esta operación ambiciosa contaría con el apoyo de las fuerzas del PKK y las YPG/YPJ, y con las reforzadas YBS, milicias yazidíes que recibieron entrenamiento extra en los últimos meses por sus camaradas kurdos de Siria. Su éxito podría cortar una conexión importante de los yihadistas entre Irak y Siria.
A las 7 de la mañana del 17 de Diciembre, las tropas peshmerga empezaban a presionar al Estado Islámico desde Zummar. El contingente parecía estar formado por unos 8.000 efectivos, contando con algunas piezas de artillería pesada. La coalición internacional cooperó intensamente con apoyo aéreo. 15 aviones de combate (modelos como el CF-18 Hornet canadiense) efectuaron 45 bombardeos tan sólo el primer día de ofensiva, destruyendo un mínimo de 50 objetivos.
Para el 18 de Diciembre las líneas del Estado Islámico no hacían más que retroceder, dándose la posibilidad de que muchas se batieran directamente en retirada. Lo bombardeos de la coalición se intensificaron. Para el atardecer, los peshmerga habían alcanzado la base de las Montañas Sinjar y se abría un nuevo corredor de evacuación y suministros, imitando a las fuerzas del PKK y las YPG/YPJ el pasado agosto.
La ofensiva de Zummar había roto las posiciones orientales del EI en la base del Sinjar. Ahora, las fuerzas peshmerga avanzaban desde la ciudad norteña de Rabia para limpiar las rutas controladas por los yihadistas y despejar el bloqueo al norte de las montañas. El 19 de Diciembre las dos ofensivas hicieron retroceder al EI hasta sus puestos en Tal Afar, la capital del distrito y una de las ciudades más importantes de la gobernación de Nínive. Los peshmerga empezaban a sitiar la ciudad con fuego de artillería.
Paralelamente, las YPG/YPJ anunciaban el 19 de Diciembre que comenzaban a avanzar hacia el sur desde sus posiciones en la frontera siria para intentar abrir de nuevo el corredor entre Rojava (Kurdistán sirio) y las montañas Sinjar. Al mismo tiempo, otra columna de tropas del PKK y las YBS que resistía en Sinjar comenzó a empujar al Daesh (Estado Islámico) desde el corazón de las montañas, intentando conectar con el avance de los kurdos sirios.
De esta manera, la operación cerraba el cordón norte y este del sistema montañoso y repelía a las tropas del Estado Islámico. Aunque no parecía estar entre los planes iniciales, la noche del 20 de Diciembre algunas tropas peshmerga se adentraron dentro de la misma ciudad de Sinjar al ver a varias unidades del EI batirse en retirada. Para el domingo 21 de Diciembre, el Presidente del Gobierno Regional del Kurdistán y líder del KDP, Massoud Barzani, anunciaba desde la ciudad de Sinjar el éxito total la operación. Los kurdos contaron con escasos muertos y 25 heridos, mientras que el Estado Islámico había perdido cerca de un centenar de combatientes. Al mismo tiempo, las YPG anunciaban que el corredor occidental se había reabierto con éxito, aumentando el número de aldeas reconquistadas a manos del Daesh.
Una victoria de enorme importancia
El hecho de que la coalición internacional haya continuado con los bombardeos en el distrito de Sinjar parece mostrar que aún existen algunos focos de resistencia en la zona. No obstante, el reducido número de estos ataques aéreos en comparación con el inicio de la contraofensiva parece dar la razón al éxito de la operación.
Esta victoria ha sido aprovechada por el KDP para lavar su imagen entre los yazidíes, a quienes supuestamente tendría que haber protegido en la ofensiva del pasado agosto. Muchos de los refugiados de Sinjar parecen mostrar ahora más simpatía por el PKK, recordando que fueron los únicos, junto con las YPG/YPJ, que se enfrentaron de manera efectiva a los yihadistas en la zona.
Esta facción tiene hoy en día una imagen de guerrilla idílica en la mente de muchos kurdos de Irak, pudiendo quizás convertirse en el futuro en un actor más importante en la política del Gobierno Regional del Kurdistán. La liberación de las Montañas Sinjar ha tenido un papel clave en la política kurda, y quizás la operación podría entenderse como una carrera por conseguir el prestigio de liberar de las manos del Estado Islámico uno de los símbolos de la resistencia kurda.
Sea como fuese, ambos mandos han mostrado capacidad suficiente como para colaborar conjuntamente y desarrollar una operación efectiva que ha recuperado más de 2.000 kilómetros cuadrados. Esta victoria podría considerarse quizás el mayor éxito contra el Estado Islámico hasta el momento.
La situación actual parece ser favorable a un potencial avance sobre Mosul, más aun controlando la autopista 47, que conecta Mosul con Raqqa, la segunda ciudad más importante dominada por el Estado Islámico. Para ello, primero debería tomarse la ciudad de Tal Afar, asedio al que ya se han sumado las tropas del Ejército Iraquí, que capturaron con éxito el 21 de Diciembre el aeropuerto de la ciudad.