Cuba presenta en la Asamblea General de las Naciones Unidas un informe que desnuda nuevamente, con total veracidad, la terrible dimensión humana de los daños ocasionados a nuestro pueblo por el criminal, injusto e ilegal bloqueo total, que nos ha sido impuesto por los Estados Unidos.
Las cifras y datos que se muestran, los ejemplos que se presentan, no son solo estadísticas, también el dolor de un pueblo, pacífico y trabajador, enfrentando a una operación tenebrosa orquestada por las administraciones norteamericanas cuyo objetivo es sumir a los cubanos en la desesperación, la desesperanza, la falta de confianza en sus valores y el miedo. Todo ello para derrocar al gobierno de la Isla y destruir a la Revolución cubana.
A lo largo de seis décadas el bloqueo ha dañado los planes y sueños de este pueblo, impedido el desarrollo normal de nuestra economía y de la sociedad cubana. Sin embargo, Cuba ha logrado resistir y seguir adelante, lo que provocó la ira sin freno de los gobernantes del imperio, quienes en los últimos años han extremado su crueldad y cinismo, aprobando una tras otra, decenas de medidas (hasta 240), que atacan directamente las más sensibles áreas de la vida del país. Al mismo tiempo, su guerra ideológica emplea a destajo mercenarios que prestan su imagen y voz para agredir a su propia patria.
Este es el escenario que caracteriza a la batalla que libramos ante el mundo, en las Naciones Unidas. Nuestras armas son la verdad y el honor de un pueblo, que aún bloqueado, agredido, amenazado, tiende puentes de amor y solidaridad al resto del Mundo. Y en esa batalla, sin lugar a dudas: ¡Venceremos!