Estimad@s amig@s
Sinopsis
Inma Shara tiene un oficio especial: su trabajo consiste en dirigir orquestas. Y en esa profesión tan apasionante se enfrenta a un reto enormemente complejo, el mismo reto que encara un líder de cualquier sector o un directivo de una empresa: cómo armonizar equipos formados por personas de gran talento, que tocan instrumentos diferentes, para conseguir que esas notas musicales escritas sobre el pentagrama cobren vida, lleguen al público y se despliegue la magia.
La batuta invisible quiere reflejar la tensión permanente con la que trabaja un director de orquesta, que debe ser un excelente músico y al mismo tiempo un buen gestor de recursos humanos. En definitiva, el director de orquesta se enfrenta al doble reto de todo líder: marcar unos objetivos compartidos por todos, que respeten la capacidad y la intuición artística de cada uno de los miembros del equipo, y lograr que estos objetivos trasciendan en una interpretación que emocione y entusiasme al público. En este libro, Inma repasa, entre otras cuestiones, el tipo de formación que se requiere para llegar a este nivel de liderazgo y cómo se resuelve el desafío de seguir fielmente la partitura del compositor y cumplir a la vez las expectativas del público.
«El arte de dirigir es saber cuándo abandonar la batuta
para no perturbar a la orquesta»[i]
Necesitamos aprender, mejorar, perfeccionar nuestras habilidades ―competencias, en liderazgo, operaciones, gestión de personas, desarrollo del talento, ensayo, retroalimentación, hacer equipo, dirigir un banquillo de estrellas, ¿De quién aprender?, ¿Cómo hacerlo?, ¿Cuándo?, ¿Dónde?, ¿por qué? Deja de poner excusas, busca tus referentes, entiende cómo ellos avanzaron y a partir de ese punto, construye tu camino.
Necesitamos modelos y referentes, Inma Shara utiliza la batuta invisible, para mostrarnos las similitudes de un director de orquesta y un alto directivo de una compañía. Cuando sales al escenario, todos los stackeholders esperan lo mejor de ti, en la compañía tienes tu principal apoyo el COO ―concertino―, si tienes un buen producto llegarán las ventas ―recibirás el aplauso del público.
Siempre estar en beta, es una de las frases de cabecera que tengo, pero es la realidad, podemos aprender de una directora de orquesta, un mariscal de campo, o de un secretario de una orden religiosa, solo necesitamos tener actitud, curiosidad y la humildad necesaria para recordar que no somos infalibles.
«No sé si estoy de acuerdo o no con usted,
con su visión musical (…)
pero es muy difícil no participar de su proyecto artístico,
por el carisma y la pasión que desprende»[ii]
La música
(…) superando cada vez, por mucho que se acumule la experiencia, la presión del miedo escénico, sintiendo los ojos atentos del auditorio y expectante ante todo lo que puede suceder (…)
(…) los músicos vivimos en una zozobra constante, debatiéndonos entre el anhelo y la nostalgia, entre el “ya viene” y el “ya pasó” (…) antes de un concierto, en las semanas de arduo trabajo que lleva prepararlo, tanto en solitario como en los ensayos con la orquesta, siempre estoy expectante, siempre en tensión, siempre deseando que llegue el gran día, y que pase, y que todo salga bien (…)
(…) como directora de orquesta soy un puente que se tiende entre los músicos y el público, el verdadero destinatario final de nuestro trabajo (…)
(…) un director de orquesta tiene que aprender por sí mismo a aglutinar diferentes individualidades artísticas (…)
(…) es mejor influir que mandar, creo en el liderazgo trascendental, ese que no se basa en la ferra autoridad sino en el compromiso, el ejemplo y la responsabilidad.
(…) la música es esencial para forjar el carácter, guiar el sentido ético de las personas y potenciar el desarrollo de todas sus habilidades, amen de sembrar en los más jóvenes el sentido del valor de las cosas (…)
«Detente instante,
¡eres tan hermoso!»[iii]
¿Cómo llegar a ser director de orquesta?
El camino hasta llegar a ser director de orquesta es largo y requiere muchas horas de esfuerzo y dedicación (…) no es muy diferente de otras profesiones que se quieran vivir con verdadera identidad (…) debido a su exigencia, es necesario poseer una importante cualidad que ayudara a llevarlo a buen término: una intensa, casi infinita, pasión por la música. Una pasión que se funde y se confunde con lo obsesivo. Así, el aspirante no caerá en el desánimo, afrontará las dificultades sin barreras y obtendrá grandes satisfacciones de la grandeza de la música (…)
(…) comentarios de novata. Es una etapa en la que tienes ansiedad por todo, quieres conocerlo todo, saberlo todo e incluso te anticipas a las cosas: luego te das cuenta de que los ensayos tienen su propia mecánica, tienen su proceso lógico de desarrollo en el que un día los pasajes musicales igual no se materializan pero al siguiente casi con total serán una realidad (…)
(…) dentro de las clases prácticas y teóricas vas viendo como te vas superando ante las diferentes dificultades técnicas y musicales, vas viendo cómo vas gestionando un organismo vivo que es la orquesta (…)
(…) es duro pero apasionante. Sentir el aplauso, pero tambien la mirada atenta y analítica del auditorio (…)
(…) es importante cuando estás trabajando, elaborar un plan de acción racional y realista, y no tenía herramientas necesarias ni el conocimiento suficiente para dosificar de forma óptima el poco tiempo del que disponía (…)
(…) en las orquestas hay que dar primero las directrices generales y, una vez está todo comprendido y asimilado, abordar los detalles (…)
(…) no fue facil proyectar autoridad con unos músicos muy veteranos, bregados en mil batallas. No solo se te exige una preparación de la obra, y una concepción estética y global de la misma, sino tambien ser un buen gestor de recursos humanos, y esto afecta directamente al resultado. Cuando uno empieza, tiene muchas dudas, muchas inseguridades y todo le afecta (…)
«Yo solo soy una herramienta de la música:
no soy un personaje para la música.
El protagonismo no es un fin,
sino mi trabajo»[iv]
El director de orquesta
¿Para qué sirve un director de orquesta?
No se dirige solo con la técnica, se dirige esencialmente con el alma. No se dirige solo con los brazos, se dirige con el cuerpo entero, con la actitud corporal, con la expresión de la mirada, con la comunicación afectiva. Toda la puesta en escena supone una verdadera entrega personal (…)
(…) la técnica es fundamental para evitar cualquier disertación pedagógica entre director y orquesta, pero la aplicación de las herramientas artísticas y la musicalidad interior es lo que supone realmente un sello intransferible; la obsesión por definir y crear un sonido particular y con identidad propia de orquesta, la constante búsqueda de la perfección trabajando todos y cada uno de los pasajes y frases musicales, el cuidado exhaustivo del espacio sonoro…
Hoy no se concibe dirigir (…) con una puesta en escena protagonizada por la vehemencia (…) hoy ya no se habla de “liderazgo transaccional” basado en el poder absoluto y una rigurosa y perfecta lectura carente de literalidad (…)
(…) hoy se habla de “liderazgo trascendental”. Consiste en trascender el propio yo, dotar al liderazgo de un contenido y compromiso emocional, motivar, ilusionar, desde una iniciativa personal que supone asumir sacrificios y riesgos a la vez (…) dirigir, hoy, supone ser generador de utopías, aglutinar las diferentes individualidades artísticas sin coartar los espíritus de cada uno de los miembros de la orquesta, gestionar los talentos, optimizar los recursos de los que se dispone, generar confianza desde la responsabilidad de equipo, no solamente gestionar la inercia sino inervar la gestión de forma proactiva, aplicación la inteligencia emocional
El primer día de ensayo nos saludamos y empezamos a trabajar (…) se trata de una conquista continua y bidireccional: hay que percibir qué familia orquestal merece más atención, e ir analizando quienes son los mejores musical y técnicamente hablando para trabajar con todos los grupos en ese sentido (…) como directora, debo poseer como nadie la visión general de la partitura sobre la que he estado trabajando en soledad durante el tiempo previo a los ensayos (…)
En el primer ensayo se resuelven las dudas técnicas y se establece una comunicación sólida con el grupo, se crea equipo (…) si no hay una técnica precisa y depurada, los objetivos no se consumen: no se puede crear pureza de sonido (…)
(…) se agradecen sugerencias: el director de orquesta, como un directivo de una empresa, tiene la idea global de lo que quiere, pero muchas veces no conoce cuáles son los caminos óptimos que hay que recorrer para obtener ese fin (…)
«No quiero grandes figuras
sino figuras comprometidas»[v]
Preparando el concierto
(…) hay cosas que están escritas en la partitura y otras que no, y por ello es de vital importancia identificar el paisaje sonoro para la toma de decisiones (…)
• El estudio
Estudiar la obra supone interrelacionar toda la información derivada de la misma y de su contexto, racionalizar el contenido, entender la complejidad desde todos los puntos de vista, preparar el mejor de los escenarios para poder pasar a la fase memorización.
• La memorización
Memorizar es un proceso duro en ocasiones pero apasionante, requiere de grandes dosis de capacidad de sacrificio y constancia, autodisciplina y responsabilidad. Memorizar es preparar el camino hacia la interiorización (…)
• La interiorización
Interiorizar es pasar de “leer” a “interpretar” es pasar de “oír” a “escuchar”, es pasar de “mirar” a “ver”, es el momento en que los silencios cobran su espacio propio (…)
«El talento es amable y generoso,
no resta sino suma,
no entiende de rivalidades,
no es individual sino colectivo,
y demuestra pasión, entrega y emoción»[vi]
La orquesta y el público
En la orquesta, en ese gran colectivo humano, nuestra persona de confianza, confidente y cómplice es siempre el concertino, la persona que hace de enlace entre el director y la orquesta. El concertino aprueba las directrices del director de orquesta, le apoya y le acompaña en su camino interpretativo, y en ocasiones es tambien portavoz del sentir general de la orquesta.
(…) es la persona responsable de mantener el orden de equipo y alertar de cualquier situación frágil e incluso complicada, musicalmente hablando, al director de orquesta (…)
Se “siembra” con el ejemplo, con la confianza en el mensaje que se transmite y por el que se lucha incansablemente desde la pasión y el compromiso (…) transmitir credibilidad constante a la orquesta (…)
Las orquestas son entidades, organismos en general estables. Una orquesta trabaja para “crear” un sonido propio, una personalidad que la diferencia de las demás. Es esencial, cuando se interpreta una obra, que los músicos se conozcan muy bien entre ellos, que hayan convivido musicalmente (…)
(…) si no existe una disciplina, es imposible crear una atmosfera de entrega y concentración. El respeto es lo primero que hay que mostrar, demostrar y practicar.
(…) el líder tiene que soñar con la utopía, pero al mismo tiempo ser muy consciente de la estrategia real. Si no, estás abocado a la frustración más absoluta.
Un auditorio es la casa por excelencia de la música, y ha sido construido con las últimas técnicas (…) hay una respuesta del sonido casi perfecta, una resonancia que hace que los sonidos empasten perfectamente, que los acordes se sumen en perfecta armonía. Hay arquitectos, ingenieros y físicos acústicos especializados en conseguir la mejor de las mejores respuestas sonoras en la construcción del auditorio. Esta resonancia ofrece un sentido lógico a la obra, la cohesiona, permite una proyección del sonido que se percibe con total nitidez y claridad.
Una buena técnica, clara y precisa, es traducida perfectamente por cualquier orquesta del mundo (…) a la orquesta no le comunicas con las anacrusas[vii] sino tambien con los ojos, con la mirada, con el gesto de tu rostro, con todo tu ser. Es una actitud, más que una forma de dirigir.
(…) es muy importante saber y ser consciente de cuándo debe estar presente el gesto de un director de orquesta como una herramienta útil para la formación, o cuándo aquel debe detenerse para que la orquesta “cante” sola (…)
(…) ¿Dónde está el éxito[viii] de un concierto? ¿Qué entendemos por fracaso[ix]? (…)
¿Para qué tanto tiempo de estudio y preparación? ¿Para qué tantas personas ―empresarios, técnicos, instituciones y, cómo no, músicos― implicadas trabajando con verdadero entusiasmo y en ocasiones a contrarreloj, antes y durante la celebración de un concierto?
«Después del silencio,
lo que más me acerca a expresar lo inexplicable
es la música»[x]
Epílogo
(…) es necesario practicar y ejercer el liderazgo con modelos que fomenten la generosidad, promulguen la recuperación de los valores del trabajo bien hecho, del valor por el esfuerzo, de la responsabilidad y de la autocritica (…)
Desde el liderazgo debemos apoyar el talento y gestionarlo correctamente. Nuestra sociedad exige formar talentos que se adecuen a las nuevas necesidades, que respondan a las expectativas y a las nuevas demandas de globalización pero sin perder la identidad propia (…)
El líder trascendental que genera confianza, que sugiere pero no ordena, que sugiere pero no ordena, que influye pero no manda, que escucha y no solamente oye, que asume los retos como suyos, que transmite credibilidad y estabilidad, que hace que su trabajo diario un ejemplo moral a seguir, donde la coherencia y el compromiso personal (…) un líder que imprima carácter, que modifique las actitudes potenciando las aptitudes, que asuma riesgos controlados pero que arriesgue, un líder que inerve la gestión no solo que gestione la inercia, un líder que desprenda ambición de grupo, potenciando el desarrollo de los talentos y optimizando los recursos de los que dispone (…)
«La diferencia entre una orquestra y otra
es la implicación del talento…
Con un liderazgo que inspire»[xi]
La batuta invisible
El liderazgo que genera armonía
Inma Shara
Conecta
Link de interés
• El mito del maestro: Los grandes directores de orquesta y su lucha por el poder
• DPO-104 Inma Shara, la dirección armónica
• Ópera y operaciones: Como gestionar las operaciones en el siglo XXI
«Cambiemos el miedo por la determinación,
y la rutina por la pasión»[xii]
ABRAZOTES
[i] Herbert von Karajan
[ii] Concertino de la Orquesta Filarmónica de Israel
[iii] Goethe
[iv]Inma Shara
[v] Ídem
[vi] Ídem
[vii] La anacrusa es fundamental, es el primer movimiento que el director de orquesta ofrece antes de que empiece la música, son unidades de pulso que “bate” para reflejar tempos y ritmos, indicar matices (…) sirven para anticipar la música, y a través de ese gesto el músico identifica perfectamente el devenir de la obra (...)
[viii] El éxito fortalece al equipo y a sus ansias de superación.
[ix] En la sociedad actual el fracaso mal entendido lleva al aislamiento individual, a la inseguridad personal y, en ocasiones, al bloqueo psicológico y depresivo. Fracasar no es retroceder, fracasar es aprender a vivir, es sinónimo de superación (…)
[x] Aldous Huxley
[xi] Ídem
[xii] Ídem