La bella y la bestia (que volvió a Madrid en 2007, con una nueva producción más pequeña creada por Disney para girar) está de nuevo en la escena española, con una gira que ha comenzado en Valladolid y tiene previsto seguir en Santander, Murcia, Córdoba, Sevilla, Bilbao, Tenerife, Valencia y Alicante, entre casi una veintena de ciudades.
La producción es la misma que en 2007. Con respecto a la origina escribí en su día que no desmerecía. Sí hay dos momentos en que no llega a la altura de aquella (el final del primer acto y la transformación de la bestia), pero son suficientemente espectaculares para seducir al público, lo mismo que el arranque, el número ¡Qué festín! y la escena de la taberna. Por contra, aventaja al original en una dirección de actores más humana y menos de dibujo animado. Todo ello la convierte en un espectáculo mágico y seductor.
Desde 1999 han cambiado mucho las cosas en el teatro español, y eso se nota en el reparto, muy completo y compacto. Ahora son muchos más los actores-cantantes-bailarines con una preparación extraordinaria, y si completar un reparto de garantías entonces era muy complicado, ahora lo complicado es elegir entre los distintos aspirantes a cada papel. Los que han escogido los responsables de La bella y la bestia son magníficos. El siempre magnífico Ignasi Vidal, uno de los grandes activos de nuestro teatro musical, ofrece su altura (física y artística) a una Bestia tan fiera como tierna, con una poderosa y brillante voz además. Talía del Val también posee la mezcla de dulzura y determinación que tiene el personaje, que canta con elegancia. Daniel Diges (Gastón) crece en cada montaje, y está perfecto en su fanfarrón personaje. Raúl Peña también brilla como el torpe y golpeado Lefou, e igualmente certeros están Enrique R. del Portal (Maurice), Frank Capdet (Din Don), Diego Rodríguez (Lumière), Moné (Sra. Potts), Marta Capel (Babette), Eva Diago (Madame de la Grande Bouche).