"Excelso, eminente, de elevación extraordinaria. Se dice de lo que contiene caracteres distintivos de grandeza y sencillez admirables". Si se busca la definición de sublime en la RAE, sale algo parecido a eso. Pero si se busca lo sublime en sí, físicamente, si se buscan cosas tangibles que contengan "caracteres distintivos de grandeza y sencillez admirables", lo que se encuentra puede ser impredecible. Puede ser un paisaje en cualquier parte. En Marruecos. En Indonesia. En África. En Indochina. En donde uno quiera. Son acantilados abisales, aguas azul zafiro, soledades excitantes...
Esto es al menos lo que retrató el director británico Laurence Dunmore en su búsqueda de lo sublime por los cuatro países mencionados. Sucede también que en esos cuatro países se producen ingredientes clave en la producción de la ginebra Bombay Sapphire, en nombre de la cual se ha producido esta búsqueda (si se lo preguntaban: semillas de cilantro en Marruecos; bayas de cubeba en Indonesia, granos de paraíso en África y corteza de casia en Indochina), lo cual da una idea cuán en serio se toman este concepto en la casa. Pero el resultado está ahí, una definición viviente de uno de los conceptos más escurridizos y edificantes del léxico humano.
En ICON hemos tenido una inquietud similar y hemos mirado a través de los ojos de nuestros fotógrafos, buscando cinco pruebas de material sublime en el trabajo que han hecho para nosotros. Esto es lo que hemos encontrado.
Lo sublime es real y está ahí fuera. Solo hay que salir a encontrarlo.