¿Conocéis el Rooibos? En pocas palabras, se trata de una infusión procedente de Sudáfrica cuya apariencia recuerda al té rojo chino pero que, a diferencia del él, no tiene cafeína ni inhibe la absorción de hierro. Además posee muchas virtudes curativas, ya que tiene hasta 200 principios activos: hierro, cobre, sodio, potasio, zinc, vitamina C, ácido fenólico, quercitina y quercitrina, flavonas...
Una de sus virtudes más interesantes son sus propiedades antialérgicas e inmunomoduladoras. El rooibos actúa directamente sobre los mecanismos que desencadenan los síntomas de la alergia (ojos llorosos, tos...), tratándose de un auténtico antihistamínico natural, siendo sobre todo útil en casos de alergia al polvo e intolerancias alimentarias.
Al igual que el té verde, el Rooibos ayuda a combatir los radicales libres por su gran cantidad de flavonoides, unos potentes antioxidantes. Hecho que además lo convierte, junto a otros de sus componentes, en una solución natural para ciertos problemas de la piel como los eczemas, la urticaria, irritaciones, o las quemaduras solares. Se puede usar también como tónico facial. Existen muchas cremas que incluyen entre sus componentes el rooibos, ya que evita la sequedad de la piel, favorecen su elasticidad y constituyen una protección natural contra las radiaciones solares. Como curiosidad, en el INCI aparecería bajo el nombre de aspalathus linaris.
Su contenido en flavonoides también le convierte en un gran aliado en la lucha contra la arterioesclerosis y le confiere propiedades anticancerígenas y antienvejecimiento.
Esta planta también posee grandes cantidades de fluor, un elemento necesario para la protección del esmalte dental. Los taninos de la bebida tienen además un efecto astringente para las encías y la mucosa bucal lo que resulta fácil de apreciar si mantenemos el Rooibos durante algún tiempo en la boca o hacemos gárgaras con él. Constituye por ello un buen remedio para trastornos bucales como las aftas, las caries, las infecciones de garganta y gingivitis.
Debido a su importante aporte mineral, es una excelente bebida en el contexto deportivo, ya que ayuda a reponer las sales eliminadas durante el ejercicio.
Por su contenido en quercitina y quercitrina, es útil para tratar enfermedades estomacales e intestinales, protegiendo de la infección a este nivel. También mejora la digestión y depura el organismo de sustancias tóxicas, ya que es un buen diurético.
Por su efecto relajante mejora el sueño, y ayuda a combatir las cefaleas y migrañas. Y no sólo eso, en Sudáfrica esta bebida se usa desde hace mucho tiempo para combatir la intranquilidad, el nerviosismo, así como los estados de ánimo depresivos.
¿Y en cuanto a su sabor? ¿De donde procede el sabor tan agradable del rooibos? De dos flavonas que hasta ahora no se han encontrado en ningún otro lugar de la naturaleza. Ambas sustancias, junto al amplio abanico de aceites esenciales que conforman la bebida, crean un cocktail natural de edulcorantes: los responsables de su sabor dulce y afrutado. A pesar de ello, no lleva azúcar.
Impresionantes todas las propiedades del Rooibos, ¿verdad? ¿Vosotras soléis tomar esta infusión? ¿Os gusta?