Revista Cultura y Ocio

La bestia de la guerra

Por Chufflo
La bestia de la guerra
Despierto más de lo que amanezco
Y allá fuera la Ciudad Muerta
Me contempla con una sonrisa de diente
Sabiendo que me enterrará
Con todos los silentes honores reservados a la medianía
Despierto más de lo que amanezco
Y allá fuera la Ciudad Muerta
Es el desierto
Arenas rojas, marcianas de puro locas
Dunas en tsunami con la cresta infectada de soledad
Despierto más de lo que amanezco
Y allá fuera la Ciudad Muerta
Ensaya Desdre
La he vuelto a bombardear en sueños
Hedor a napalm y carne quemada por la mañana
Huele a victoria virtual, es decir, a derrota
Despierto más de lo que amanezco
Y allá fuera la Ciudad Muerta
Es un paisaje lunar
Recurro al cáncer del insomnio
Como metástasis para llegar al hígado oculto de la pesadilla
Despierto más de lo que amanezco
Y allá fuera la Ciudad Muerta
Me echa el humo de tabaco a la cara
Dos de cada cuarenta de sus cadáveres habitantes
Morirán de nicotina, al resto los despachará el hastío
Despierto más de lo que amanezco
Y allá fuera la Ciudad Muerta
Susurra irrefragable mi nombre
Lanza contra mí flotillas de Enola Gays
Sus bodegas hasta las trancas de Hiroshimas de recuerdos
Despierto más de lo que amanezco
Y allá fuera la Ciudad Muerta
Es la trinchera total
Nunca más te volveré a ver
Sólo nos unirá esta carta última teñida de muerte
Manando tu sangre de mi pecho acribillado
Despierto más de lo que amanezco
Y allá fuera la Ciudad Muerta
Machaca mi cordura con el viento del absurdo:
Se muere como se vive
Repite
Se vive
Solo
Y se muere
Solo
Y pienso en Asimov
Aquel título suyo:
“Estoy en Puerto Marte sin Hilda”
Y de pronto me parece, aquello, sólo el título
Lo mejor que escribió aquel ególatra cabrón
De patillas imposibles
En sus más de 500 libros…
Luego despierto
Aún no ha amanecido
La bestia de la guerra

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