La biblioteca de los escritos perdidos

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Traición – Klara Delgado
Volví feliz a casa después de que mi jefe me dijera que hoy no se encontraba bien, que se iba a casa y que yo me fuera también si quería, que podía llevarme el móvil de la empresa y responder desde cualquier sitio los avisos que se formularán.Abrí con cuidado la puerta, haciendo girar despacio las llaves para no provocar ningún ruido. Quería darle una sorpresa a Fabián, él trabajaba desde casa y esta mañana le dejé aún en la cama, seguro que el muy perezoso no se había levantado aún.Cerré lentamente, el olor a café inundó mis fosas nasales. Suspiré y pensé en llevarle una taza a la cama, aunque una sonrisa traviesa se dibujó en mi rostro, seguro que se derramará. Mejor no.Me dirigí con ansia a nuestro cuarto, abrí la puerta y contempló estupefacta la traición.En la cama, en nuestra cama, mi novio retozaba con una mujer desconocida, su ropa desperdigada por el suelo, mi pijama encima de la almohada, al lado de las cabezas amantes.Me dirigí a ellos, agarré de los pelos a esa desvergonzada de cuerpo pequeñito, casi infantil y miré con tristeza al que consideraba el amor de mi vida, no sé en qué momento ese cuchillo llegó a mi mano, pero lo utilizo sin piedad, una, dos, tres…cien, cuento hasta cien puñaladas, la sangre salpica paredes, sábanas, mi cara.La estúpida amante sigue tirada en el suelo tratando de cubrir su desnudez, pero sin moverse. Me dirijo a ella y se agarra a mi pierna suplicando mi perdón. Desoigas sus lamentos y la pateó. El odio se mezcla con las lágrimas. Me doy cuenta de que sigo apoyada en el quicio de la puerta y ellos siguen retozando. Me alejo, quisiera perderme en la lejanía del mundo. Salgo a la calle, el sol se ha ocultado para no sentir como mi fuego le eclipsa. No tengo duda de que los mataré, pero otro día.

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