Tras esta cubierta tan atrayente y tierna se esconde un libro que he disfrutado leyendo durante todo un mes. Y es que hay libros que sabes que no te decepcionarán y que están tan bien escritos que no quieres que acaben nunca. Peter Manseau no es muy conocido, ni tampoco este libro, pero ahora es cuando me alegro de poder escribir esta reseña para ver si alguien se siente atraído y lo lee ya que es una lectura deliciosa.
El libro comienzo con un chico de Boston, cristiano, que trabaja para una organización cultural donde recoge libros en yiddish para que no se pierdan estas historias. Un día se topa con unos volúmenes escritos por Itsik Malpesh un judío que emigró de Kishinev y acabó en la Tierra de Oro (Estados Unidos) y que se consideraba a sí mismo "el último poeta de yiddish de América" y aquí empieza su relación.
Cada una de las historias, la del chico y la de Itsik se presentan de forma diferente: la del chico se encabeza como "Nota del traductor" ya que después sabemos que es él quien traducirá la obra de Itsik al inglés y nos habla tanto de su vida como la del poeta. Y por otra parte nos encontramos ante la vida de Itsik Malpesh que se nos introduce como "Memorias de Itsik Malpesh" nombrando una letra del abecedario yiddish.
La vida de Itsik comienza con un acontecimiento terrible: un pogromo que destruyó su mundo justo al nacer y que marcó su vida para siempre. Durante su infancia trabaja en la fábrica de plumón de la que su padre era gerente quitando los excrementos de las aves del suelo. Ya de pequeño Itsik mostraba un interés por la poesía y la literatura (incluso aprende a leer el ruso) y sale de Kishinev habiendo publicado su primer poema. Al tener que irse por la fuerza de su ciudad, su madre le da una fotografía de Sasha Bimko, una niña presente en su nacimiento y que llegará a obsesionar a Itsik, y éste va a buscarla a Odessa. Tras muchas aventuras hasta llegar a su destino, allí empieza a relacionarse con el arte de la linotipia y la producción de libros y mediante esa conexión llegará a los Estados Unidos para emprender otra aventura y resolver algunas cosas del pasado.
He esquematizado mucho la trama pero es que no vale la pena decir más. A parte de que la historia de este señor me ha parecido preciosa y muy interesante, el tema que más me ha gustado es que el autor haya querido enfocar el problema de una lengua que desaparece, del empeño de Itsik por seguir escribiendo en yiddish y de lo importante que se vuelve la traducción en su vida, de hecho es muy importante para la comunidad judía. Lo que Peter Manseau ha hecho es algo precioso porque cuenta una historia pero a la vez hace que reflexiones sobre lo que supone tu pasado, tu origen, tu religión, tu lengua...
Es una novela que tiene de todo un poco: aventuras, tristeza, melancolía, muchas reflexiones, humor, amor... merece la pena paladear sus páginas. He cogido cariño a muchos de los personajes pero a Malpesh es de esos a los que llevas en la memoria. Mención especial al traductor (ya que en este libro este tema es importante) que parece que haya escogido las palabras al milímetro. Espero que el escritor siga publicando.
Nota: 8
Lo mejor: La estructura del libro ya que al haber otro personaje a parte de Malpesh nos da una dimensión más a la interpretación de su vida, su lengua, su obra. Sus historia además se entrelazan en un punto y dan un final muy bonito.
Lo peor: Ha habido momentos en que todo era tan angustioso que yo misma me atrancaba leyendo.