Y volvemos a libros sobre libros o que aluden a libros para justificar la mirada peregrina del lector que se detiene en una cubierta atraído como las polillas a la luz. Y sí, por eso hoy traigo a mi estantería virtual, La biblioteca de medianoche.
Conocemos a Nora cuando no está en su mejor momento. Para empezar se siente sola. Y además se ha muerto su gato. Y ha perdido su trabajo. Así que Nora decide suicidarse. Lo que pasa es que de algún modo termina en la biblioteca más extraña del mundo. Una en la que los libros son versiones de su vida en función de las decisiones que ha ido tomando. Hay una versión olímpica y otra huérfana, una científica y otra músico, hay huérfanas... hay de todo. Imagina las posibilidades. Y además, se le permite cambiar su vida con la de una de sus versiones, si lo hace dentro de un plazo, claro.
Si os soy sincera, inicialmente me parecía atractiva la idea de las versiones, pero no tarde en cansarme del tufillo de positividad y autoayuda (que no es un libro de autoayuda) que desprendía la historia. Me hubiera gustado que profundizara un poco más en el tema y un poco menos en la moralina de lo bueno y lo malo y el balance y lo peor no es tan terrible. Vamos, que yo me esperaba una novela fantástica y me encontré con alguna reflexión propia de galleta de la fortuna. A estas alturas cualquiera que me conozca un poco se estará riendo pensando en mi cara de estupor, los libros de autoayuda no son precisamente mis favoritos, pero precisamente por eso, quiero dejar claro que no es culpa de la historia. El libro no es culpable de adentrarse en uno de mis terrenos menos favoritos, así que avancemos por la trama.
El autor busca responder al clásico "y si..." dando una versión de la protagonista en función de cada decisión sin adentrarse por ello en fantasías demasiado elaboradas de universos paralelos. Nora vive atormentada por alguna de las decisiones que tomó, quién no se arrepiente a toro pasado de tres o veinte cosas sucedidas a lo largo de su vida. Pues Haig decide apostar por la respuesta difícil pero la solución fácil: esto hubiera pasado, ¿estarías mejor? prueba un rato, dime si estarías mejor. Y presenta estas opciones en una novela de corte convencional. La biblioteca es además una suerte de representación del estado anímico de Nora, como una gran introspección, y el lector acompaña a la protagonista en la que suponemos será la verdadera decisión trascendental de su vida.
Más allá de lo comentado, la novela no me ha terminado de enganchar por otro motivo: la protagonista. Un personaje al que me ha costado no darle con el libro en la cabeza para ver si tenía sangre y era capaz de sentir y decidirse. Y, si eso me pasa con un protagonista, con la novela ya voy mal.
La biblioteca de medianoche es un experimento literario al que se le podía haber sacado mucho más partido.
Gracias.