Hace poco os enseñaba esta novela que nos hablaba de un detalle de la II Guerra Mundial que yo desconocía: en Auschwitz los internos se las arreglaron para crear y mantener una pequeña biblioteca de tan solo ocho volúmenes con los que un grupo de voluntarios trataban de dar clase a los niños. Imposible resistirse a este argumento, ¿verdad?
La protagonista es Dita Adlerova, una chica de 14 años a la que le proponen encargarse de la biblioteca del bloque 31. Este bloque es una escuela clandestina en la que varias personas se encargan de enseñar diferentes materias a los niños judíos que viven allí. Sorprende tanto que haya niños en Auschwitz como que puedan hacer alguna actividad cultural a espaldas de los nazis, pero sí: estas personas lo han conseguido gracias a la energía e imaginación de Fredy Hirsch, uno de los presos; pero también porque el Reich se guarda un as en la manga permitiendo la actividad diaria de este barracón. Dita recoge todos los días los libros de su escondite, se los presta a los profesores, los protege en caso de que aparezca algún nazi, los repara si han sufrido daños, y trata de que estén disponibles y en perfectas condiciones para los niños del bloque 31 y sus maestros.
Pero en realidad la historia de Dita es tan solo una excusa para contarnos muchas otras historias: la del mismo Fredy Hirch, el ejemplo de la valentía en una situación límite, la de las amigas de Dita, la de su padre, la de los profesores del barracón… incluso la de un soldado nazi que se enamora de una presa judía. Nos enseña que la vida seguía a pesar de la muerte, del miedo, del frío y de la desnutrición; que los humanos seguían siendo humanos, para bien o para mal, y que la gente seguía tomando decisiones, ya fuera para su propio beneficio o para intentar hacer aquel lugar un poquito más amable.
Leyendo la novela me di cuenta de que no he leído muchos libros que hablen solo de la vida dentro de los campos de exterminio; parece que las novelas siempre las protagonizan aquellos que estaban fuera y luchaban por seguir así, lejos de estos mataderos de donde nadie volvía. Y es que había muchas cosas que desconocía, empezando por la biblioteca y la escuela del bloque 31, pero tampoco sabía acerca de los tratos diferenciales que se les daba a los presos según su “crimen”, o sea, que los judíos eran diferentes de los gitanos, de los homosexuales o de los presos políticos; o que los presos que se fugaban y que los nazis volvía a capturar eran colgados a la vista de todos, y los que tensaban las cuerdas eran otros presos, convirtiéndose así en verdugos, digamos, involuntarios. La maldad y la degradación parece que no tenía límites en Auschwitz, incluso entre los mismos presos, pero también había gente que daba lo poquito que podía a los demás, lo cual es loable en esa situación en la que luchas por tu supervivencia.
La única pega que le pongo, y es algo totalmente personal, es que el libro está escrito en tiempo presente y me cuesta mucho meterme de esta manera en la historia. No sé por qué; quizás sea simplemente por la costumbre de leer en pasado, pero me sucede así y no puedo evitarlo. De ahí que no me haya entusiasmado tanto como para ponerle la máxima puntuación; no logró emocionarme del todo, pese a que podía haber sido fácil conseguirlo. Eso sí, os recuerdo que Dita es un personaje real y que fue ella misma la que le contó su historia al autor, además de acompañarle a los lugares relevantes de su infancia y juventud, con lo cual el atractivo de la novela es indiscutible.
Además, dio la casualidad de que abrieron en facebook un club de lectura de La bibliotecaria de Auschwitz (aquí), administrado por el propio Antonio G. Iturbe, justo el día que yo lo empecé, así que me animé a participar por primera vez en este tipo de iniciativas (las organiza la editorial), y me ha gustado mucho la experiencia. El autor nos ha hablado de algunos detalles de la novela y de la propia realidad que refleja, hemos comentado noticias que salieron estas últimas semanas en relación con supervivientes de Auschwitz, e incluso nos hemos puesto manos a la obra para encontrar fallos en el libro. Vamos, que espero repetir en algún otro club de lectura que se organice, si vuelve a coincidirme así de bien.
Título: La bibliotecaria de Auschwitz Autor: Antonio G. Iturbe Editorial: Planeta Encuadernación: Tapa blanda con sobrecubierta ISBN: 978-84-08-00951-1 Páginas: 481 Precio: 19,90 € Propósito personal: No lo cumple Reto 25 en español: 25/25