Revista Salud y Bienestar
Confiesa que le encantan los huevos rotos. Pero hoy no están en el menú. Rama Khokha, 46 años, siempre fue una niña muy curiosa. Indagaba sobre todo. Ahora, esta investigadora en biología del cáncer observa atentamente el plato de lomo que preside la mesa del almuerzo y pregunta si es como el jamón. Nunca lo ha probado. Le gusta, así que los huevos rotos quedan olvidados para otro momento. Y entre picoteo y picoteo de las finas lonchas rojizas explica con pasión su trabajo con nuevos modelos genéticos con los que aspira a descubrir otras formas de diagnóstico del cáncer y nuevas terapias.
La bióloga india quiso estudiar para ser rica e independiente. Ya es independiente
Cualquiera que la escuchase hablando de genes y tumores aguzaría el oído. Pero en el comedor del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas -donde ha completado una estancia como profesora visitante con el programa de la Fundación Jesús Serra y el CNIO- no destaca. Su trabajo, cuenta, le ha ayudado a ver la vida de otra forma, bajo ese prisma de análisis y curiosidad. "Si entiendes la biología molecular, comprendes al ser humano, porque entiendes cómo funcionan las células", dice con una sonrisa. Y pregunta al camarero, que retira el plato que hace un rato adornaban unas verduras a la plancha, por el vino.
Khokha nació y estudió en India. "En un ambiente universitario muy competitivo". Eso nunca le quitó el sueño. "De niña pensé que debía estudiar para ganar mi propio dinero. Que si era rica sería independiente. En India hay muchas mujeres que no son felices, que dependen de su familia, de su padre, de su marido... Siempre supe que no quería eso", dice. No es rica, pero sí independiente. Y se dedica a su pasión: la ciencia. Con su trabajo, esta profesora del Ontario Cancer Institute ha ganado varios premios.
Madre de tres hijos, explica que en Canadá -adonde llegó hace más de dos décadas- no ha tenido menos oportunidades para dedicarse a la ciencia por ser mujer, aunque admite que no todas tienen las mismas opciones, y que las corbatas siguen siendo la imagen dominante en los puestos más altos. "Quizá a las mujeres nos haga falta más esfuerzo y dedicación para poder compatibilizarlo todo. La única forma de romper el techo de cristal es intentarlo. Dedicarle tiempo; si las mujeres tuvieran menos miedo podrían tener más posibilidades", afirma.
La ventresca de bonito y el melón han volado. Khokha puede concentrarse en varias cosas a la vez. Y la conversación no se resiente. Así, llegan los cafés y con ellos Federico Halpern, presidente de la Fundación Jesús Serra, y Erwin Wagner, director del grupo de Genes, Desarrollo y Enfermedad del CNIO, que se unen a la conversación. Todos comparten la idea de que las cosas en ciencia están evolucionando a pasos de gigante. "En 10 años algunos avances van a cambiarnos la vida. Estoy deseando vivirlos", dice.
Ese interés por conocer domina su opinión sobre los polémicos tests genéticos para detectar futuras enfermedades (como el alzhéimer), criticados por las dudas sobre su utilidad. ¿Sirve de algo saber que uno estará posiblemente enfermo si esa patología no tiene cura aún? ¿Convierte a alguien de momento sano en un preenfermo? "Yo prefiero saber. Saber es siempre mejor que no saber. Es una cualidad del ser humano".
**Publicado en "El Pais"
Sus últimos artículos
-
Hm hospitales recibe a tres nuevos médicos residentes que comienzan su formación postgrado en los centros del grupo
-
Finaliza el reclutamiento de pacientes para el ensayo fase III de tivantinib para el tratamiento del cáncer de pulmón no microcítico
-
Expertos debaten sobre las nuevas Guías ESC de Insuficiencia Cardiaca (IC) y el manejo del paciente con IC
-
Las Unidades de Manejo Integral de Pacientes con Insuficiencia Cardiaca reducen las visitas a Urgencias entre un 30-60% y los ingresos en un 40%