La Blancanieves de Pablo Berger

Otra vez Blancanieves en el cine, otra versión (2012) más del cuento de los hermanos Grimm. Sí. Otra vez, pero no pasa nada. Pablo Berger entrega una versión muda y ambientada en la España más estereotipada y comercial, quizás la españa más sentida y conocida en el mundo. La españa andaluza,  la españa de la fiesta brava y del flamenco y la verdad, le sale muy bien. Los personajes no son los de una corte palaciega, son burgueses y artistas reconocidos. Un torero reputado (Daniel Giménez Cacho) y una cantaora y bailaora de flamenco (Inma Cuesta) se casan y tienen a la niña (Sofía Oria). Una enfermera perversa, trepadora y ambiciosa se convierte en la madrastra malvada (Maribel Verdú) que separa a la niña del lado de su padre. La abuela materna (la eternamente bella Ángela Molina) se encarga de criarla.

De izq. a der., el director Pablo Berger, Maribel Verdú (la madrastra), la madre (Inma Cuesta), Blancanieves niña (Sofía Oria), el padre (Daniel Giménez Cacho), Blancanieves adulta (Macarena García) y la abuela (Ángela Molina)

 Un homenaje al cine mudo en una evocadora y antigua Sevilla en la que la entrada a la Plaza de Toros es hermosamente ambientada, mietras la destacada banda sonora de Alfonso Villalonga llena y eleva a pieza maestra, la lejana iconografía de la época silente del séptimo arte. Lejos de los estereotipos de género no hay príncipes azules, solo la capacidad de la bella y fuerte Blancanieves (adulta, Macarena García) de superarse gracias a lo heredado genéticamente de sus padres.   La película arrasa en la última entrega de los Premios Goya que galardona a lo mejor del cine español, y la verdad lo tiene bien merecido.