Texto y fotos por ©José Manuel
Beltrán.
Desde que en 1953 Wiliam Wyler
decidiera introducir como escena de la famosa película “Vacaciones en Roma” la
broma que Gregory Peck le gastaba a Audrey Hepburn, la Bocca Della Veritá traspasó
fronteras y pasó a ser conocida mundialmente. Hollywood apostaba por Roma, y a
buen seguro que le ha sacado provecho.
Una
simple escultura de mármol, de 1,75 metros de diámetro, nos muestra
representado la barbuda cara masculina, que algunos dicen es del Dios del Mar,
y en la que se muestran los huecos de sus ojos, nariz y boca.
Desde
1.632, se encuentra situada en el vestíbulo de entrada o pronao de la Iglesia de
Santa María in Cosmedin, muy cerca del Circo
y de la Cloaca Máxima. Esta última situación ha hecho pensar que la
escultura fuera realmente una tapa de alcantarilla pero….te ruego no pienses en
ello cuando después cumplas con la tradición porque, también se piensa que era
parte de una fuente.
No
es hasta 1.485 cuando empiezan a recrudecerse las reseñas y leyendas para
denominarla con el nombre de La Boca de
la Verdad y generalmente, si me lo permitís, con un tono machista. Nos
dicen de una de ellas que un marido, sintiéndose engañado por su mujer, quiso
llevarla hasta la boca. Ella, confabulada con su amante, propició que a la
vista de todos le diese un beso sintiéndose forzada. Al introducir la mano en
la boca dijo: “Juro que mis labios solo han sido besados por mi esposo y este otro
hombre”. Lógicamente estaba diciendo la verdad y es así que nada
ocurrió.
El
hecho es que, la escultura se ha convertido en otro de los iconos y atractivos
de Roma. De forma gratuita es visitada por miles y miles de turistas
procedentes de todas las partes del mundo. En muchas ocasiones se forman largas
colas para acceder a ella, con espera de hasta 15/20 minutos, para sacarte la
foto introduciendo tu mano en la famosa boca.
Esta
misma cola te sirve también para conocer, de forma gratuita, la pequeña pero
preciosa Iglesia de Santa María in
Cosmedin. Inconfundible a la vista por su ladrillo rojizo y su elevada
torre, fue construida en el sigo VI. Después de variadas reconstrucciones y
cambios de estilo de cada época terminó, ya en 1.718, en estilo barroco. Se
venera aquí la cabeza de uno de los Cuatro
Santos Coronados (santos mártires de origen desconocido) y en su sacristía
podemos encontrar un fragmento de un mosaico procedente de la antigua Basílica
de San Pedro.
Sin
lugar a dudas la parada en este
lugar es, por turística, ineludible; desgraciadamente la fonda la dejamos a tu libre albedrío. Eso sí, disfrútalo todo con SALUD, ciudadano viajero.
Ubicación: en vía Della Greca, 4. Piazza de Boca Della
Veritá (metro línea azul, Circo Máximo). En los alrededores, el río Tíber, el
Puente Palatino, el Circo Máximo y un poco más allá el Foro Romano y el
Coliseo.