Fue una boda de color blanco, porque tanto los novios, Julio Iglesias y Miranda Rijnsburger, como sus cinco hijos, vistieron el que es su color fetiche.
La novia lució dos vestidos similares realizados en algodón y encaje de su gran amigo Oscar de La Renta. El primero era de escote recto y tirantes y posteriormente lució otro de los mismos materiales, esta vez con escote palabra de honor, y dos tiras horizontales de encaje en la falda, que combinó con sandalias descalzas planas plateadas con aplicaciones de pedrería.
Miranda llevaba su habitual peinado recogido en una trenza que adornó con pequeñas flores blancas. Como joyas, la esposa de Julio Iglesias eligió unas "dormilonas" de brillantes como pendientes y una pulsera. El ramo era un bouquet de rosas beiges.