La boda de María y Efrén

Sorpréndete

Estas de boda. Ponte bien guapo porque es un día importante, dos personas que quieres te han invitado a compartir con ellos el día en el que se dirán: “Si, quiero”. ¿Y después? Después toca comer, beber, reír, gritar, bailar… Toca disfrutar. Toca sorprenderse. Todo está preparado para que disfrutes, porque los novios quieren que lo pases bien. Así que por qué no los sorprendes también.

Y la conexión mexicana-aragonesa de María y Efrén lo hicieron bien. Nos sorprendieron a todos. Desde el primer momento en casa de Efrén, con toda su familia, sus sobrinas corriendo de aquí a allá… y en casa de María, llena de cuadros, pipas de fumar y unos padres encantadores que nos trataron como si fuésemos unos amigos más. Sabíamos que sería así, porque desde su preboda en Alquézar ya vimos que esta pareja, además de quererse, saben disfrutar de la vida y transmiten toda esa alegría a los demás.

La boda se celebró en la catedral de Barbastro, en medio de los Pirineos, y nada más acabar, al llegar a las bodegas Lalanne, nos esperaban unos mariachis. Con dinero y sin dinero, allá en el rancho grande… se desató la locura. Entre todos sus amigos de tantos lugares del mundo, los mexicanos que no paraban de hacer bromas y cantar, y los padres de María que no pararon de bailar, no hubo un momento de descanso. Música, congas, regalos y miles de abrazos. Y bien entrada la noche, la fiesta seguía.

Pronto, volveremos a vernos… ellos como invitados y nosotros otra vez haciendo fotografías de boda. Y para nosotros no hay nada mejor que volver al Pirineo, a Barbastro, a verles de nuevo. Estamos seguros que volveremos a disfrutar de una gran celebración y que otra vez algún mezcal que otro caerá…

¡Viva María y Efren, cuate!