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La boda de mi mejor amiga (y la madre de mi hijo).

Publicado el 21 octubre 2013 por Moradadelbuho @moradadelbuho

872 | La boda de mi mejor amiga (y la madre de mi hijo)
El diario de Bruno Fernández.

Amanecer boda

Pelauts

Yo ya sabía que este iba a ser un verano diferente, que después de volver de unas mini-vacaciones (de las que hablaré próximamente) me iba a encontrar con un acontecimiento especial, seguramente el más importante para mi hijo y para mi… Por que no era una boda cualquiera… se casaba "Pitufa", que, seguramente sabréis, es como llamo así a la mujer de mi hijo.

La boda de "Pitufa" tuvo lugar el sábado 14 de septiembre de 2.013.

Desde hace meses atrás, estaba ayudando a "Pitufa" a darle unos últimos retoques a la boda, pero ella quería que los casara un cura especial, un cura que es un buen amigo de la familia y que siempre nos ayudó allí cuando lo necesitábamos… Me pidió que hablase con el Padre Samuel para que casara a la pareja de enamorados.

Me puse en contacto con él, comentándole la situación y el me dijo "estaré encantado de casarlos, es más, en un honor para mi, que hayáis pensado en mi".

Una vez resuelto el tema del cura, "Pitufa" me pidió otro favor "especial", que fuera yo el que la llevara en el coche hasta la Iglesia y que después llevase a los novios a hacer la foto y llevarlos al restaurante, siempre con mi hijo, claro está.

Yo acepté encantado porque era un honor hacer de "chófer" tanto de la novia como después de los futuros esposos, por el cual, tenía que hacer una limpieza a fondo del coche, tanto por dentro como por fuera… dejarlo reluciente para ese día tan especial.

Cuando me dieron las vacaciones de verano, le comenté a "Pitufa" que iba a pasar 2 semanas en casa de mi hermana en Gran Canaria y que me llevaba al niño para disfrutar y relajarnos un poco antes del día tan ajetreado que íbamos a tener. Le dije que volvería la semana de la boda (o sea, el lunes) para ya comprar la ropa y poner todo listo.

Una vez vuelto de Gran Canaria, ya estaba preparado para la semana decisiva: el tema del vestuario, preparar el coche y todo el lío que conlleva, aparte de que el novio me invitó a la fiesta de despedida de soltero…

El viernes a la mañana (día antes de la boda), hice limpieza del coche, limpiando hasta el último rincón para que quedase impoluto (creo que tarde 2 horas y media en limpiarlo) y después llevarlo a la floristería para que le pusiesen lo que hacía falta para tenerlo espléndido.

Ese mismo día vino "Pitufa" a mi casa, yo estaba en casa con Pablo (mi compañero de piso) probando la ropa que había comprado y también mi hijo estaba probando su ropa para que todo estuviera perfecto, lo guardamos en el armario.

Como dije antes, "Pitufa" nos había hecho una visita para darlos los últimos detalles y que todo saliese perfecto (como son las mujeres, hasta el último minuto planeando la boda para que saliese bien) y estuvimos hablando de nuestras cosas hasta bien entrada la medianoche.

Y llegó el gran día…

Armando Manzanero & Olga Tañón – Somos novios

Eran las 9 de la mañana cuando me levanté, desperté a mi hijo y nos pusimos a desayunar, al cabo de unos minutos no llama "Pitufa" que estaba en la peluquería peinándose y que me pasara por su casa sobre las 11h30 para llevarla a la Iglesia pero que pasase un poquito antes para tomar un aperitivo.

Sobre las 11 llegué a casa de la novia y allí estaban sus padres y sus abuelos tomando el vermú antes de la ceremonia y para no perder la costumbre, el padre me miraba con cara de mala uva (joder, ni el día de la boda de su hija me sigue mirando igual) y estuve hablando con la madre mientras el niño estaba con los abuelos.

La madre estaba emocionada porque había llegado el gran día, aunque ella, seguramente, en el fondo quería que el novio fuese yo, pero sabiendo lo que pasó pues digamos que se alegró mucho de que se case.

En estos momentos sale la novia de la habitación: tan guapa, tan radiante, que me dejó sin palabras, solo me salían las palabras "que guapa estás".

Cuando salimos de casa de "Pitufa" y la ayudé a subir al coche, mientras iba conduciendo me estaba fijando en la novia que, a medida que nos íbamos acercando a la iglesia pues se iba emocionando y le pregunté:
-- ¿Estas nerviosa? –.
-- Buff, estoy que no me tengo de pie de los nervios –. Me responde.
-- Bueno, con calma que esto pasa rápido –.

Llegamos a la puerta de la Iglesia y el novio ya estaba esperando en el altar, ayudé a la novia a bajarse del coche y a la entrada ya estaba el padre de la novia esperándola para llevarla al altar.

Yo me senté en la segunda fila contemplando la ceremonia y echándole un ojo a mi hijo, que esto de las misas nunca lo llevó bien, porque se aburría.

A los novios se les notaba nerviosos, aunque por otro lado lo comprendía, ¿quién no estuvo nervioso el día de su boda?.

Al terminar la ceremonia el padre Samuel le comenta a los novios:
-- ¿Veis como no era difícil? –.

Después de las fotos en la iglesia, llevé a los novios y a mi hijo a un parque con encanto para seguir haciendo las fotos y mientras ellos estaban con las fotos, yo estaba hablando con mi hermana comentando la ceremonia y preguntándome si estaba bien.

Llegó el banquete, el baile y cuando me despedí de los novios, le di un abrazo muy fuerte a "Pitufa" deseándole que fuese muy feliz.

Al llegar a casa empecé a reflexionar en como sería si yo fuese el afortunado, pero bueno… como no quería comerme la cabeza, me desnudé y me metí en cama.

Solo me cabe esperar que sea muy feliz.

Bruno Fernández | @BrunoFdz


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