Máxima de Holanda, elegancia 'real' en la boda de su hermano Juan
LA HISTORIA DE AMOR
Juan y Andrea se conocieron en 2011 en Buenos Aires. Educada en Viena y Londres, ella viajó a Argentina para visitar a su padre, que en aquel entonces se desempeñaba laboralmente en el país. Los presentó un amigo en común y, según cuentan, fue un amor a primera vista. El cuñado del rey Guillermo Alejandro, que estudió Ingeniería Industrial en la Universidad Católica Argentina (la misma en la que Máxima obtuvo la licenciatura en Economía), trabajó hasta 2012 en la financiera Sigma Advisors como analista de investigación.
En aquel entonces, Juan se incorporó al programa "Jóvenes Dirigentes" de la fundación Nuevas Generaciones, una beca especializada en administración pública. De hecho, el primer encuentro de la pareja se dio precisamente durante un curso dictado en esa fundación. Tras el flechazo inicial, conviven desde mediados de 2012 en un departamento del centro de Viena.
Uno de los amigos más cercanos a Máxima aseguró que desde que se convirtió en princesa de Orange, la Reina ha intentado en numerosas ocasiones que sus hermanos menores –Juan e Inés– se instalaran en Holanda para desarrollarse profesionalmente, pero ellos no se sienten atraídos por una vida cercana a la Corte, en la que el protocolo tiene un peso considerable. De eso se dio cuenta Juan cuando se convirtió –junto con la reina Matilde de Bélgica y Frans de Beaufort, representante de una de las familias nobles más antiguas de Holanda– en uno de los padrinos de bautismo de la princesa Alexia. Además, siempre que la apretada agenda de su hermana tiene un espacio, Juan se desplaza hasta La Haya para visitarla y pasar algunos días con sus sobrinas. También se instala en Lech, el pintoresco pueblo de los Alpes austríacos en el que, desde hace décadas, los Orange pasan sus vacaciones de invierno.
UNA BODA DE CUENTO
Según el programa que repartieron junto con las participaciones, los novios planearon una serie de actividades para agasajar a sus invitados. La primera es una visita guiada a pie por Viena y se llevará a cabo antes del mediodía del mismo día de la boda.
Las campanas de la Servitenkirche sonarán a las cinco en punto, momento en el que se abrirán las puertas para recibir a la novia, que caminará hacia el altar del brazo de su padre y donde, es muy probable, que los Reyes holandeses tengan un lugar privilegiado. Aún no se saben detalles sobre el vestido de la novia, pero sí trascendió que Benito Fernández ideó el modelo que lucirá Inés Zorreguieta y que el belga Edouard Vermeulen, el diseñador de cabecera de Máxima, confeccionó el traje de María del Carmen Cerruti, madre del novio.
El Palacio de Liechtenstein es el lugar elegido para el cóctel y el banquete de bodas. El edificio, uno de los centros de arte más importantes de la capital austríaca construido a principios del siglo XVIII, está decorado con pinturas, murales y enormes lienzos. El Salón de Hércules, ícono del barroco vienés de 600 metros cuadrados con columnas de mármol y cuyo techo fue pintado por el italiano Andrea Pozzo, será donde se servirá la comida. Allí, la reina Máxima podrá disfrutar de la compañía de su familia como desde hace varios años no lo hacía. Malasia es el destino elegido por los novios para su luna de miel.•