Disfrutar del día en Nou Barris. Un barrio históricamente obrero, que ha conseguido con luchas vecinales su integración en la ciudad y en sus comodidades sin perder nunca el orgullo propio. Aquí saben de tapas, de cultura de bar. Las reuniones vecinales toman estos recintos para prolongarse y es muy difícil sentirse defraudado. La inmigración del s. XX portó diversas procedencias al barrio, que han sabido integrarse para erigir algo propio. Y es aquí, entre bares de producto excelente y, seguramente, estética pretérita -de las que gustan a unos y escandalizan a otros, un bodeguero con experiencia ha cambiado. La Bodegueta d'en Miquel es una bodega -los parroquianos reconocen-, pero el jefe ha re-evolucionado el acompañamiento del vino.
Dirección: Font d'en Canyelles, 47Precio medio: Ensalada de mojama, 4€; zorzas, tartar de fuet y Bravas d'en Miquel 3€; pincho de mojama o croqueta, 1'50€; boquerones, 3,75€. Vinos a copa desde 1,50€.
Imprescindible: Aprovechar la mañana dominical. Discutir de procedencias y brindar con la conclusión. Acabar con un carpaccio de mango.
Horario: De 10 a 14.00 y de 17.30 a 21.30h. de martes a viernes. Sábado y domingo, de 10.00 a 15.00h.
Teléfono: 935184061
Según Cultibar
No es un bar para noctámbulos, es una bodega de solera, de las toda la vida. Aquí, se viene a hacer el aperitivo, el vermut o el vinito entre horas, para salir medio comido si tu curiosidad manda. Podrás elegir y dejarte aconsejar en materia vinícola entre una selección de más de 80 referencias que van cambiando periódicamente, como también lo hacen por ejemplo los quesos a degustar en su tabla. Nunca conocidos, siempre seleccionados. Se viene a aprender. Y se sale feliz, completo, sin agujero posible en el bolsillo.
Porque en un barrio que sabe de tapas y bares sólo con calidad y justicia consigues integrar lo nuevo. La Bodegueta d'en Miquel es una excusa más para conocer Nou Barris, el distrito que engaña. Porque... ¿está de verdad compuesto por nueve barrios? Cultura de bar, cultura de Barcelona.
La experiencia Cultibar
Bodega a la luz del día que no entiende de oscuridad. Sin ánimo de esconder nada, sin los viejos trucos que ofrece la noche, con una transparencia valiente y digna. Aquella mañana de domingo en el "no centro" barcelonés transcurría tranquila. La experiencia nos hizo fijar nuestra mirada en una mesa alta cercana a la entrada que nos permitiría disfrutar del todo. Dentro y fuera, "in&out".
La barra, inundada por un entrañable grupo de sordomudos, hablaba el lenguaje universal de la gastronomía. La comunicación no verbal transmitía el disfrute mejor que cualquier palabra. Las tapas sorprendieron. Con un nivel de elaboración superior al del entorno, nos produjeron cierto desconcierto. Malditos prejuicios que rápidamente supimos borrar de nuestras mentes. Aquella mañana la elegancia se hizo un hueco donde nadie creía en ella.
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