La bola del mundo que corona el templo masónico de La Habana vuelve a girar. La Gran Logia de Cuba pedía hace unos meses colaboración a la ciudadanía para echar a andar otra vez la esfera terrestre que corona al emblemático edificio habanero.
El tiempo y los conocimientos de un electricista de 68 años han hecho posible la reparación del mecanismo, que dejó de girar en algún momento del siglo XX.
"Cuando escuche al Gran Maestro en la emisora Habana Radio me dije: arranca para allá, y me presenté a ver cómo podía ayudar", cuenta a la prensa cubana. La sede de la Gran Logia de Cuba es uno de los edificios más emblemáticos de La Habana. Los terrenos se compraron en 1908, la primera piedra se colocó en 1951 y la inauguración se realizó en 1955, con la presencia de todas las Grandes Logias de América y varias de Europa y Asia. Tras la Revolución, la Masonería Cubana comparte el uso del edificio con diversos organismos públicos.
El emblemático edificio consta de once plantas, de las que la Masonería mantiene el uso de cinco. Una de ellas está dedicada al Museo Masónico dominado por el monumento (a la derecha) al Querido Hermano José Martí, procer de la independencia cubana, con sus joyas masónicas originales. En el Museo se conserva también (a la izquierda) la maqueta original del edificio.
En su primer mensaje de 2015 a todos los Queridos Hermanos, el Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba, el Muy Respetable Hermano Lázaro Cuesta ya anunció la necesidad de "rescatar y reconstruir" la sede histórica "que nos legaron nuestros mayores tras más de tres décadas de constante y dedicada labor".
Fuente: El Oriente