Revista Diario

La bondad de los niños, experimentada en mi propia piel

Por Sandra @sandraferrerv
La bondad de los niños, experimentada en mi propia pielA menudo oímos frases despreciativas de los niños, desde que no se enteran hasta que nos toman el pelo siempre que pueden. Con demasiada frecuencia se dice de los más pequeños cosas tan negativas que parece que solamente hayan llegado al mundo para jorobar a los sufridos padres. Pero no, ni los niños están tan atontados que no se enteran de nada, ni lo que quieren es amargarnos la existencia. Ayer por la noche mi hijo me dio una gran lección. Arropado por su padre antes de ir a dormir le preguntó, como tantas otras veces, la razón por la cual está tantas horas ausente de casa. La recurrida respuesta: porque papá tiene que trabajar para traer dinero a casa y así poder comprar comida, ropa, juguetes...La respuesta fue rápida: papá, abre el cajón de debajo de mi cama, coge mi hucha y con estas monedas ya no tendrás que ir más a trabajar. Los niños son plenamente conscientes cuando su padre o su madre no están. Solamente que no lo exteriorizan a menudo porque sino se volverían locos. Aunque sí, yo creo que lo exteriorizan de otras maneras como cuando se "portan mal" o "llaman la atención". Los niños necesitan de su madre pero también de su padre. Pero para que mamá pueda conciliar, papá no puede pasar todas las horas que querría en casa. Y sí, los niños son generosos, buenos de corazón y albergan buenos sentimientos. Aunque haya personas que se empeñen en convencernos de lo contrario.

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