A la hora de maquillarme, las brochas son herramientas indispensables que me permiten hacerlo de una forma rápida, limpia, fácil y hacen que el efecto sea más natural y duradero. Gracias a ellas consigo un resultado perfecto, ya que me hacen controlar la aplicación de los productos. Sin embargo, hay que saber elegir para adquirir tan solo las adecuadas a vuestras necesidades, de lo contrario, correréis el riesgo de gastar dinero en algo que no va a resultar óptimo. Ello dependerá de vuestro tipo de maquillaje, vuestras prioridades y de la parte que más os guste resaltar. Acertar en la elección de una buena marca hará que esta inversión sea muy positiva y duradera. Desde hace años yo utilizo las de Bobbi Brown, porque están estudiadas para cada función concreta, tienen una calidad extraordinaria y su textura, diseño y estética me gusta muchísimo.
Antes de explicar toda la gama que existe, os diré que las brochas hay que cuidarlas, limpiarlas con asiduidad y mimarlas. Con un mínimo mantenimiento os durarán mucho tiempo (yo tengo las mías desde hace años) y disfrutaréis de su resultado de una forma óptima, ya que cuando tienen saturación de producto el acabado no es el mismo. Yo lo hago de la misma manera que me han recomendado en Bobbi Brown cada vez que he comprado una: se deben limpiar regularmente como mínimo cada 2 o 3 meses (más si las utilizáis mucho), con jabón neutro o su producto, Conditioning Brush Cleanser. Pongo jabón en la palma de la mano, humedezco la brocha y la froto suavemente contra la palma para coger jabón; así se va eliminando el maquillaje, después la aclaro con agua hasta que esta sale limpia. Para terminar, seco la brocha con una toalla, solo apretando con suavidad para eliminar el exceso de agua, sin frotarla, y la dejo secar encima de una toalla. Vuelve a estar como nueva.
Todas las brochas de su colección están fabricadas artesanalmente y han sido creadas pensando en las necesidades de los profesionales y de nosotras, las destinatarias finales. Cada brocha está estudiada meticulosamente y hecha a medida: el pelo, la densidad, el corte… todo está pensado para depositar el producto de una forma específica sobre el rostro y evitar errores. Hasta el peso de cada brocha ha sido cuidadosamente estudiado para ofrecer un equilibrio perfecto entre los pelos y el mango, asegurando un control total en su uso. Todos los pelos son cortados a mano con una máxima precisión. El corte y diseño de cada brocha responde a un uso específico y cada una lleva escrito su nombre (función) en el mango de madera, por lo que no puede haber error a la hora de elegir. La mayoría son de pelo natural (cabra o pony), a excepción de las que son para trabajar con producto cremoso o fluido, que son de pelo sintético.
La colección que ofrece Bobbi Brown es tan amplia como para cubrir las necesidades de un profesional, por eso, como vosotras (al menos, la mayoría) no lo sois, debéis saber las que realmente necesitáis de su gama, para sacar un máximo rendimiento a vuestra inversión.
Considero dos fundamentales (polvos sueltos y colorete), porque las utilizo tanto de día como de noche. La Powder Brush, brocha ancha para aplicar los polvos sueltos, los deposita y difumina tan suavemente que el acabado es totalmente invisible. Recoge justo la cantidad de polvos necesaria, esparciéndolos uniformemente. La densidad de los pelos es tan mínima que el resultado es transparente. Su punta redondeada permite maquillar la zona debajo de los ojos. PVR. 62,50€. Y Blush Brush, brocha para aplicar colorete prensado. Su densidad y su forma ofrecen precisión, adaptándose a la forma de la mejilla. Sus bordes permiten aplicar el colorete sin formar cercos. PVR. 45€
Además de las dos anteriores, cuando se trata de un maquillaje más detallado para la noche, en mi caso son fundamentales: Eye Shader Brush, para aplicar sombra base de ojos en todo el parpado, su corte plano y ancho permite cubrirlo con un solo toque. PVR. 31,75€ y Angle Eye Shadow Brush, pincel ideal para aplicar la sombra en el ángulo, en el pliegue o sobre todo el párpado del ojo, indicado para difuminar y contornear el ojo, para ser usado con todas las formulas en polvo de sombras de ojos. PVR. 29.75 €.
Y para corregir y definir, Concealer Brush, pincel fino diseñado para aplicar el corrector en el lagrimal. Su punta extra fina y su corte plano asegura una aplicación uniforme del corrector. PVR. 24,75 € y Eye Definer Brush, brocha diseñada para delinear la raíz de las pestañas con un trazo muy difuminado y también para rellenar cejas muy despobladas. PVR. 29,75 €
Si pensáis que teneis alguna necesidad concreta, debido a vuestra manera de maquillaros, vais a encontrar una solución segura en esta colección, porque abarca hasta 24 brochas específicas: Foundation Bush, para las que aplicáis la base de maquillaje con pincel, La Bronzer Brush, para aplicar los polvos bronceadores, Face Blender Brush ( yo la utilizo para casi todo cuando voy de viaje), y otras para retoques de imperfecciones, difuminar sombras o aplicar en diferentes zonas del párpado…
Y si os apasionan y queréis tener una selección ordenada y guardada podéis encontrar el Basic Brush Collection, un estuche con una colección básica determinada (184´50 €), aunque también existe la opción de comprar el estuche sin brochas (53´50 €), para que vosotras forméis vuestra propia colección. Cuando descubráis la diferencia que supone maquillarse con brochas específicas, os daréis cuenta de que son unas aliadas imprescindibles a la hora de estar realmente bellas.