Sinopsis
Una familia de colonos ingleses en la Nueva Inglaterra del siglo XVII es expulsada de la colonia por su fanatismo religioso, de modo que se ven obligados a establecerse en los límites de un bosque que, según las creencias populares, está dominado por el mal.
Miedo, paranoia, desconfianza
La bruja es una película de terror pero, ojocuidado, no es una película de sustos. Este tipo de consejo es necesario tenerlo muy presente siempre, pero especialmente en este caso, para no llevarse grandes decepciones a la hora de ver una cosa esperando que sea otra muy distinta.
La peli no tiene sobresaltos (o jumpscares, ese horrible extranjerismo), ni salen monstruos que dejan un rastro de sangre y tripas a su paso, a cambio tenemos unos personajes de lo más perturbadores y varias escenas aparentemente inocuas que consiguen helarte la sangre en las venas. Se podría establecer un paralelismo, aunque sería injusto para ambas partes, con La semilla del diablo, en el ambiguo sentido que ambas cintas le dan a los elementos sobrenaturales.
La bruja es una película sobre el miedo, la paranoia, la ignorancia, el fanatismo religioso y lo que se puede llegar a hacer en su nombre, algo que llega a ser mucho más terrorífico que cualquier historia sobre vísceras, adolescentes con las hormonas revueltas y asesinos en serie.
La recreación histórica es excelente. Desde el escenario, el vestuario y las costumbres hasta el mismo uso del idioma. La trama enlaza de forma casi imperceptible elementos de miedo extraidos de la mayoría de los cuentos populares más conocidos.
El final es demoledoramente brutal. Y una genialidad sin discusión.