Revista Cultura y Ocio

La buena reputación

Publicado el 05 septiembre 2014 por Elpajaroverde

La buena reputación

Portada de La buena reputacción

El cordón umbilical mantiene a los mamíferos placentarios en estado embrionario unidos a la placenta durante toda su gestación. Gracias a él el feto obtiene sustancias nutritivas y sangre rica en oxígeno. No sé en el resto de las especies, pero en el caso humano si cualquiera de sus individuos piensa que una vez cortado ese cordón está por fin libre de toda dependencia materna, no está más que cometiendo el primer gran error de su vida. Esos nueve meses no son más que un preludio de lo que será su vida en el mundo exterior. El cordón umbilical se ha cortado, sí, pero el físico. Queda otro invisible que nos mantendrá unidos no sólo a la madre, también al padre, hermanos, hijos... Se me ocurre que quizás la expresión lazos familiares surja de ahí, no lo sé. Este cordón o lazo al principio es muy finito, pero se va nutriendo a lo largo de los años de las experiencias vividas y compartidas con nuestras familias. Sirve de sostén a veces, nos ancla, no nos deja caer. Otras se nos enrolla alrededor y nos asfixia. Porque eso al fin y al cabo, mis queridos pajaritos, es la familia, en momentos bendición, en ocasiones condena. Y eso ni más ni menos es lo que nos ofrece Ignacio Martínez de Pisón en su gran novela "La buena reputación", una familia que no se parecerá en nada a la vuestra pero en la que no podréis evitar reconocer a la propia.
Samuel y Mercedes son un matrimonio bien posicionado de Melilla con dos jóvenes hijas, Miriam y Sara. Samuel, judío nacido en Melilla, ejerce su influencia sobre la comunidad judía como el exitoso hombre de negocios que es. Mercedes, católica proveniente de la península, ocupa su tiempo en educar a sus hijas y en diversas tareas benéficas. Miriam, la hija mayor, es obediente y nunca da problemas. Sara en cambio es un poco más rebelde y enamoradiza, pero sus novios poco le duran, o están de paso en Melilla para regresar a la península, o no son del gusto de la intransigente Mercedes. Son los años cincuenta del siglo XX, los rumores sobre el fin del protectorado español sobre Marruecos amenazan cada vez más con volverse realidad, y ante el clima de inestabilidad que se respira, el matrimonio decide poner rumbo a la península.

La buena reputación

Menora. Fotografía de Juan Sebastian Torres

Ignacio Martínez de Pisón traza en "La buena reputación" un retrato cercano y veraz de tres generaciones de una misma familia a lo largo de treinta años, con unos personajes admirablemente construidos y un contexto social mostrado sutilmente de forma impecable. El escritor zaragozano utiliza la figura del narrador omnisciente para desgranarnos el devenir de estos personajes cansados de golpearse con la vida, pero tiene además el detalle para con el lector de enfocar cada uno de los largos capítulos de esta novela bajo el prisma de cada uno de sus protagonistas. Tenemos pues la novela de Samuel, la de Mercedes, la de Miriam y la de los dos hijos de ésta. Echo en falta la novela de Sara, es quizás lo que me falta para que este libro sea redondo y para acabar de rematar e hilar fino su final. Pero aun así el autor tiene la cortesía de 'explicárnosla', no sé si como gesto nuevamente al lector o por respeto a uno de sus personajes principales.
Consigue de esta manera Martínez de Pisón desnudar sus personajes sin pudor y mostrarnos su evolución. Logra también lo más difícil, convertirnos en testigos, que no jueces. Y aunque al principio nos cueste evitar emitir un veredicto, especialmente sobre alguno de los personajes (Mercedes es la reina madre araña tejiendo nudos de cordones umbilicales), terminamos perdonando su egoismo y debilidad y aceptándolos tal como son. Ay, pajaritos, cuanto más fáciles y felices serían nuestras vidas si supiéramos hacer lo mismo con los miembros de nuestras familias.

La buena reputación

1962 Dodge Dart. Fotografía de John Lloyd

En segundo plano a esta saga familiar, asistimos a un contexto social e histórico que este autor sabe mostrarnos con gran habilidad. Esa sociedad en la que tanto importan las apariencias y el qué dirán, en la que se vive tantas veces de cara a la galería. E incluso pareciera que esa buena reputación de la que hace gala el título también hubiera que mantenerla frente a la propia familia (vueltas y más vueltas al cordón). Otro aspecto interesante es la contraposición que se hace de la cultura católica y la judía. El personaje de Samuel, que para mí es el que sufre una evolución más atroz, es el que sirve de guía para acercarnos la vida de un judío en esos años en España y su convivencia con los que no profesan su religión. Además se toca también el tema del éxodo a Israel. Vivimos los últimos años del protectorado de Marruecos y con el paso a la península asistimos a la apertura a la modernidad de nuestro país. Todos estos temas están perfectamente hilvanados con la trama e influyen notablemente en las vidas de nuestros protagonistas.
Ya veis todo el calado de esta novela, pajaritos, la dimensión que cobra. Todo lo que abarca y se propone y que Martínez de Pisón resuelve con maestría y con tino. Pero no quiero que las ramas os impidan ver el bosque y olvidéis la auténtica esencia de "La buena reputación", la familia, de la que tantas veces queremos alejarnos y a la que siempre acabamos por regresar. Porque como concluye Daniel, el mayor de los nietos de Samuel y Mercedes:
"No era la mejor familia del mundo, pero era su familia."

La buena reputación

Melilla. Fotografía de Noborder Network


Ficha del libro:
Título: La buena reputación
Autor: Ignacio Martínez de Pisón
Editorial: Seix Barral
Año de publicación: 2014
Nº de páginas: 640

Más sobre "La buena reputación"


Os dejo el enlace para que podais disfrutar del primer capítulo de esta novela y también una entrevista a su autor en la Fira del Llibre de València.
Primeras páginas de "La buena reputación".

Y el próximo viernes... volaremos a Soreni, un pueblecito de Cerdeña en el que la vida y la muerte se dan la mano. Allí conoceremos a Bonaria y Maria, madre e hija de alma respectivamente. "La acabadora" de Michela Murgia.

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